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lunes, 8 de agosto de 2011

Fanfic Reversible by Kanji & Jeannelok Parte 1

A las buenas noches mis amadas gentes que os atrevéis a leernos XD y que por ello os sarangheo.
Como os dije hace poco una de las novedades del blog son los fanfics reversibles ¿Qué es esto? ¿De qué os hablo? ¿De qué color tiene los gayumbos la patata?
Bien, las dos primera preguntas puedo responderlas fácilmente, la tercera no pienso deciros NUNCA... el secreto irá conmigo a la tumba... donde plantaréis tubérculos en mi honor...
Vale, sin desvariar os resumo el concepto fanfic reversible... un fic contado desde los dos puntos de vista de los protagonistas... 
En este caso os traemos de manos de Jeannelok y mía dos historias que nos hemos regalado la una a la otra, para darnos un gustazo y ha salido esto... espero que lo disfrutéis como nosotras lo hemos hecho mientras lo escribíamos... viva la sobrasá... *spoiler*

Título:Mariposa de Metal
Autora: Kanji
Grupo:Super Junior
Género: Es bonito... leedlo
Couple/s:Heechul y Jeannelok
Rating: +0
Observaciones: No esperéis una maravilla, está escrito con cariño y pensado para el disfrute personal de mi donsaeng XD, no sabíamos si lo íbamos a publicar, así que solo... leed y sed felices... sobrasá....

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Ahí estaba ella, esperando el bus para ir hacia Madrid, su amiga la había invitado a pasar un fin de semana allí, tras rogar y hacer mil piruetas verbales consiguió que la dejaran, estaba contenta y emocionada, pero sabía que el viaje iba a ser largo y un tanto aburrido.
De repente un señor trajeado llamó su atención.

-¿Viajeros hacia Madrid?- dijo casi gritando tan alto que hasta ella pudo oírlo con los cascos puestos, de inmediato ella pausó el mp3 para escuchar lo que decía aquel señor tan serio- Hemos tenido un problema con el autobús y debemos de reubicarles en algún otro medio de transporte.

¿Qué había hecho ella para merecer esto? Para un viaje largo que hacía le salía mal… cogió su mochila y siguió al señor diabólico que le había jorobado el viaje, sabía de sobra que no era él, pero estaba cabreada y lo tenía que pagar con alguien,  y ese era él.
Después de hablar todos los viajeros con aquel señor y de un millón de disculpas que a la gente no parecían satisfacerle, la cosa había quedado en que les iban a reubicar en trenes durante los horarios que vieran posibles.
Inma respiró tranquila al saber que al menos llegaría a Madrid, pero no sabía cuándo. Cogió el teléfono y le envió un sms a su amiga.

<Patatachona, mi bus ha muerto, tengo que esperar a que me monten en un tren, chonmal mianhe eonnie, te aviso cuando coja el tren>

En cuestión de un par de segundos su móvil comenzó a sonar, era su amiga, al coger el teléfono la voz preocupada resonó en el móvil.

-¿¿Ha ocurrido algo?? ¿Tú estás bien?

-Patatachona, relájate, no ha pasado nada solo que el bus se ha escacharrado y nos han cambiado de medio de transporte, así llego antes eonnie.

-Pues es verdad!! Yujuuuuuuuuuuuuurrrrrrrrrrrrrl mwahahahahahaha- rió de esa forma que a ella le hacía tanta gracia.

-Bueno, luego hablamos entonces, te aviso con cualquier novedad eonnie. Kissupopochuuuuuuuus.

-Para ti tambiéééééééén Culochona beibeeeeeeeeeee.

Cuando colgó no pudo evitar sonreír al pensar que en unas horas (no sabía cuantas) iba a ver a su eonnie la loca de la colina.
Llegaron a aquella estación de tren y la dieron el billete para que subiera a el tren y así hizo, buscó su asiento de aquel vagón semivacío, semi porque solo había una persona, adormilada al fondo del tren, su cara le pareció tremendamente familiar y la hizo sentir un escalofrío, se iba a sentar a la otra punta del tren en principio pero quería saber a quién le recordaba. Se sentó en un asiento donde pudiera verle, pero no hizo falta nada más que acercarse un palmo más para saber a quien le recordaba… ¿¿¿la Chula??? ¿¿Heechul- oppa?? No podía ser, no… le miró con intensidad para ver las diferencias entre aquel chico y su chulaza, pero no las encontraba, era horrorosamente parecido a él… era igual que él… esperó pendiente a que él abriera los ojos y verle en movimiento para saber a fe cierta si era él o no… esperó un rato, pero la impaciencia la controlaba, así que decidió tirarle un clinex hecho una bola a la cara, Heechul odiaba que le lanzaran cosas y esa era una prueba inequívoca, así que realizó su plan. Aquel proyectil acabó golpeando la preciosa cara del chico despertándole y haciéndole reproducir unas palabras que Inma no reconoció pero que sabía a ciencia cierta que eran en otro idioma… para ser más exactos coreano.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Inma cuando él la miró, Heechul la miró, esa idea resultaba total y absolutamente absurda, pero así era… se quedó paralizada y él se acercó a ella cabreado y emitiendo sonidos, palabras más bien pero ella no sabía su significado… solo podía mirarle, tan real y ¿palpable? Necesitaba saber que era real, Heechul estaba en ese momento delante de ella hablando sin cesar con cara de cabreo, entonces ella se levantó de su asiento y le tocó en la nariz, sí, era táctil… pero debía comprobarlo mejor, Heechul en es momento estaba en silencio mientras ella comenzó a dibujar su cara con el dedo concentrada… era de verdad… no, era un sueño, un sueño demasiado bueno para ser verdad, así que como era un sueño le sobó mientras su ensoñación le miraba perplejo…

-Emmm, ¡Hola! Soy Heechul.- dijo en un español pésimo y ella salió del ensimismamiento.

-¿Ehhhh?- dijo pestañeando y quitando sus manos de la cara… la voz era la suya de eso estaba segura y sonaba dolorosamente real- Suenas de verdad y pareces de verdad… pero no puedes ser de verdad…

El la miró extrañado y repitió pero ahora con una leve sonrisa en los labios.

-Hola, Soy Heechul.

-Sí… lo sé… I know- le dijo ella con comprensión en ese mismo instante le sonó el teléfono, en los sueños tenía la misma melodía “push pushhhhhh beibeeeee” sonaba con contundencia en aquel vagón y ella lo cogió- ¿Sí?- contestó esperando algo absurdo como el resto de su sueño.

-¿Qué tal llevas el viaje Culochona?- era Laura… su voz era la suya y era real… ella estaba esperándola… pero entonces… él era… “ÉL” miró con pánico al chico que la seguía mirando con curiosidad, fue entonces cuando se dio cuenta de la situación real, la chula “su chula” le estaba mirando y le había lanzado un papel a la cabeza… y… dios- Lau… ahora mismo no puedo hablar… pero juro por mi vida que en cuando llegue te contaré algo que va a ser difícil de creer…

Y le colgó nerviosa habiendo pulsado antes 8 botones del teclado del móvil y cuando lo logró se le resbaló cayendo al suelo. Los dos se agacharon para cogerlo al tiempo dándose un cabezazo el uno contra el otro.

-Mianhe!!!- dijo Inma sintiendo como los carrillos se la encarnaban, él se rascó la cabeza con cara de dolor.

-Your head is very hard!

-Ah sí… pues… un poco sí, dijo ella… ¿qué haces tu aquí?- preguntó y medio segundo después le hizo la misma pregunta pero en inglés.

-Me? Travel… like you I supose… - dijo y ella se dio cuenta de lo ridículo de su pregunta.

-Ya… claro…

Hubo un silencio incómodo y entonces él decidió sentarse en el asiento que ocupaba ella mirando sin ningún pudor la mochila llena de chapas que tenía al lado, ese desparpajo solo lo podía tener la Chula… eso estaba claro, buscó entre todas las chapas y entonces la hizo un gesto para que se acercara y así hizo ella de inmediato, entonces él señaló su foto, entre todas las chapas señalaba su propia cara con una sonrisa bribona que hizo sonrojar a Inma de inmediato.

-You’re ELF, I like it- dijo lleno de satisfacción-I’m your favorite?

Ella negó con la cabeza para no darle el lujo de que se regodeara durante un rato y el frunció el ceño ante la negativa, ella comenzó a reírse, si él supiera la verdad se hincharía de orgullo de eso estaba segura.

Inma se sentó justo en frente de él para poder observarlo bien, no pensaba perderse ni un segundo de aquella imagen que quería guardar para toda la vida, él seguía interesado en ella, le resultaba curiosa aquella persona que se había atrevido a tocarle la cara así porque sí…
Aunque no era sencillo fueron charlando en una mezcla de idiomas, él le contó el por qué de su viaje, había decidido viajar solo para relajarse y ella le habló también de su viaje, él sonreía al ver como ella le contaba como había conocido a su amiga, le parecía tierna la forma de expresarse y le parecía una persona extraña, pero divertida.
Durante su conversación un rugido de estómago inundó el vagón, Inma miró a Heechul sorprendida y él miró su estómago algo apurado, se estiró para parecer que no le importaba pero le volvió a sonar nuevamente la tripa pero con más fuerza.

-Mogo?- haciendo el gesto típico de comer el negó poco convencido- are you sure?- dijo Inma sacando un bocadillo de tamaño contundente, él tragó saliva mientras ella le tentaba dándole un bocado con saña al bocata- ummmmm mashitaaaaaaa- dijo con la boca llena.

-Don’t talk… - dijo intentando no mirarla porque le daba hambre ver como ella masticaba con ganas ese manjar de los dioses, ella le pasó el bocadillo frente a la cara haciéndolo bailar.

-Miraaaaa bocadillo voladooooooor uuuuuuuuuh ñam ñam soy deliciosoooooo lalalalaaaaaa - dijo canturreando en español aunque él no la comprendiera- mashitaciosoooooooooo lalalalaaaaa.

El tren dio una frenada inesperada y ella le plantó el bocadillo en toda la cara, parte de la sobrasada que había en su interior acabo pegada a la cara de Heechul que se tocó la cara y lamió su dedo, Inma estaba  avergonzada y algo preocupada no quería molestarle pero él inesperadamente sonrió haciendo palpitar el corazón de Inma de inmediado.

-Ummmmmmm! Mashita!!!- dijo emocionado robándole el bocadillo de las manos a la muchacha que estaba alucinando en ese mismo instante, él partió un pedazo del bocadillo y se lo puso en las manos de ella haciéndole una mueca para que ella comiera también, realmente no tenía hambre, solo quería saciar el hambre visual que sentía de él, pero el estómago ya estaba rogando por algo de comida así que decidió que era compatible mirar y comer al tiempo- What is this?- dijo señalando al bocadillo

-Sobrasada- dijo articulando cada sílaba para que él la entendiera.

-Sobrasa- dijo y ella se sonrió ante la torpeza del chico- ¿Tú?- la señaló a la cara. What’s your name strange and funny girl?- dijo haciendo que cesara su risa.

-¿Yo? Inma…

-Innnnmaaaaa- dijo canturreando una canción inventada que la hizo sonreír- i like your smile so muuuuuch- ella se puso colorada ante su comentario- wooo kiopta…- dijo abriendo los ojos ante su gesto de vergüenza y ella se sonrojó más aún.

-¡¡Para!!- dijo algo molesta porque pensaba que él la estaba tomando el pelo y cruzándose de brazos ante su risa atrevida y coqueta- ¡¡No tiene gracia!!! Tú… nappun namja!!! - sentenció y él se carcajeó, ella no lo sabía pero le parecía adorable su repentino arranque de vergüenza, él se sentó a su lado intentando contener la risa, y ella se encogió más en su asiento para que él notara su cabreo.

-Miss sobrasá- dijo con tono cómico y ella le miró de repente.

-Ah no, eso no, motes horrorosos no… INMA… my name is INMA.

Él volvió a carcajear y ella le giró la cara para mirar a otro lado molesta nuevamente, en ese instante el tomó una decisión, la agarró de la cara y giró su rostro para mirarla de frente, ella se quedó paralizada ante aquellos grandes ojos que tanto había mirado en sus fotos, pero que al verlos en directo cortaban el aliento y quitaban vidas… se acercó a su cara con una sonrisa sabiendo el efecto que estaba creando y entonces rozó su nariz contra la de la muchacha que le observaba perpleja.

-IN… MA…- pronunció con claridad las dos sílabas de su nombre haciendo que ella tuviera que coger aire, pero él no la dejó, en ese mismo instante secuestró los labios de la muchacha en un suave y sensual beso que la hizo estremecer de inmediato ¿estaba soñando? Ya sabía que no pero era irreal, pero fantástico, al separarse de ella miró los ojos cerrados de Inma que estaba  intentando no pensar en nada y guardar aquel recuerdo para siempre- Are you OK?.

Ella abrió los ojos y sonrió, él la devolvió la sonrisa y se sentó nuevamente en su asiento, entonces dijo algo que entendió a la perfección aunque fuera coreano “realmente, me he vuelto loco” había besado a una fan… pero realmente había sentido la necesidad de hacerlo, era demasiado tierna para no probar los labios de aquella pequeña muchacha que le había alegrado el viaje.

Pasó el viaje tranquilo mientras siguieron hablando después de el pequeño rato incómodo que se creó después del beso, la estación de Atocha se acercaba peligrosamente anunciando la despedida de los dos jóvenes y ella comenzó a sentir que el viaje se le hiciera tan absurdamente corto, cuando anunciaron la parada inminente del tren ella le miró por un instante con intensidad.

-Heechul… - le miró con profundidad- tu no lo sabes pero… sarangheo…- y le besó cogiendo su mochila y alejándose de él sabiendo que jamás le volvería a ver y que posiblemente lo ocurrido en ese vagón de tren no significaría nada para él.

Cuando vio a su amiga Laura la abrazó y comenzó a llorar, ella le respondió el abrazo sin saber la razón de su llanto solo la consoló.
Cuando se lo contó no pudo salir de su asombro… ¿Heechul? ¿Tu chula? Era una historia totalmente increíble pero era cierta, ella había estado con él y el recuerdo era vivido y aquel beso… jamás se iba a borrar de su mente.

Cuando llegaron a casa de Laura, se metieron en Twitter para avisar a todas las chicas de que las dos amigas estaban por fin juntas, al leer los tweets recientes uno llamó su atención de manera poderosa.

@Heedictator Today I’m really fall in love, where’re you Miss sobrasada?.

Ella sonrió y contestó, sabía que no podía ser real, pero a veces la realidad se mezclaba demasiado bien con la vida que uno tenía y esa era la prueba.

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FIN PARTE 1
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Título: Primer día en Corea
Autora: Jeannelok
Grupo: 2PM
Género: MuérasedeplacerLau
Couple/s: Potato sarang couple
Rating: +0
Observaciones: No quiero observar mucho al Patata así que solo diré...sarang sarang sarang eonnie saranghe.

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La situación era ridícula. Se había caído al agua intentando evitar que lo hiciera el niño que ahora la observaba seco y con curiosidad desde arriba. Fantástico, la llegada al país de sus sueños no podía ser mejor. No solo le habían perdido las maletas en el viaje y ahora tenía que sobrevivir un día dando vueltas por Seúl con lo puesto (¿por qué había metido el DNI y los papeles en la maleta y no en el bolso, como cualquier otra persona normal?) y dinero para comer un par de bocadillos.
¿No se suponía que al alcanzar el paraíso todo debía ser perfecto e ir sobre ruedas?
Un par de personas se acercaron a ella para sacarla del lago artificial, pues estaba tan sorprendida que se había quedado sentada de culo, con el rostro desencajado y sin moverse un ápice. Dejó que la agarrasen por los sobacos y la levantasen, cruzando por su mente el gracioso pensamiento de que quizá los coreanos no eran tan pudorosos como uno pudiera imaginarse en un principio. Agradeció que la ayudaran una vez regresó a la realidad y se marchó, sin escuchar lo que le decían.
-Total… no voy a entenderos.
Laura llevaba años ahorrando para poder irse de vacaciones a Corea, el lugar que había ansiado desde siempre. No había un por qué, simplemente estaba enamorada del lugar desde que vio un vídeo de un programa, ese le llevó a otro… y finalmente, todo lo que veía, comía y decía estaba más relacionado con Corea del sur que con su propio país.
Después de caminar mucho rato sin rumbo, se sentó en un banco y miró el busca que le habían dado en el aeropuerto. Su móvil no funcionaba allí, y después de estar cuatro horas esperando sin resultado en el aeropuerto a que le dieran su maleta se había marchado a dar aquella vuelta que había acabado en desastre.
¿Podía ir a peor el día?
Levantó la cabeza y… Oh, mierda, ¿por qué había pensado eso?

Abrió los ojos despacio cuando al primer parpadeo la luz golpeó con furia sus ojos. Le dolía la cara y se llevó la mano a ella, acariciándosela.
-¿Qué ha pasado…?-se preguntó a sí misma, enderezándose. Delante de ella apareció el rostro de un chico joven, visiblemente aliviado al verla despertarse, aunque ella no tenía claro dónde estaba y qué sucedía. Él preguntó algo en coreano, que ella tardó unos instantes en comprender. Solo tenía nociones básicas del idioma, y por suerte esa era una de ellas. Asintió con la cabeza, aunque bien, del todo bien no estaba… se sentía desconcertada.
Hizo un gesto con los hombros para darle a entender si podía explicarle qué había sucedido. El chico comenzó a hablar alterado, cogiendo la pelota que tenía entre las manos.
Oh, cierto, la pelota. Había recibido un pelotazo que la dejó inconsciente… y… el chico le señalaba la nariz. Vale, además había estado sangrando, ¡el día seguía siendo maravilloso!
Se fue a levantar, más enfadada consigo misma que con el chaval al que se le había escapado la pelota, cuando un mareo hizo que se dejara de nuevo caer de culo en el asiento.
Su estómago rugió exigiendo alimento y lo observó horrorizada. Si podía demostrar algo de dignidad frente a aquel desconocido, acababa de perder toda oportunidad. El chico sonrió dulcemente y le pidió con las manos que se esperase allí un momento. A los cinco minutos volvió con un platillo de comida para ella. Vale, encima iba a alimentarla… comenzó a rebuscar el poco dinero que tenía (¡suerte que haciéndose responsables de todo, se lo habían cambiado!) y se lo intentó entregar, pero él se negó.
Laura, aprovechando que él estaba ocupado sujetando el plato, se lo metió en el bolsillo del pantalón:
-Nadie tiene por qué pagarme nada-sentenció, aunque era obvio que el chico no iba a entender qué estaba diciendo. Ella tampoco sabía si le había dado más o menos de lo que debía, pero esta preocupación desapareció en cuanto le dio el primer bocado a la comida. La devoró ávidamente, dándose cuenta cuando se la había terminado de que no le había ofrecido ni un poco al chico. Se disculpó inclinando la cabeza, pero él seguía sonriendo simpáticamente. Se quedaron así en silencio, ninguno de los dos fue capaz de moverse hasta que finalmente ella dudó entre marcharse o entablar “conversación” con él. Llevaba todo el día caminando sin rumbo. Optó por hablarle-¿Jugabas solo? Mm… friends, chingus?-él hizo un gesto con la mano, diciendo que se habían ido. Bien, a saber cuánto tiempo he estado aquí sobando, se dijo Laura.
Se levantó y le cogió la pelota sin previo aviso, botándola. Él la imitó y se puso en pie también.
Era alto. Muy alto en comparación con ella. Delgado, pero llevaba los brazos al aire demostrando que el deporte era parte de su vida. Laura sintió que sus mejillas ardían y se dio cuenta de que se había sonrojado. Al fin y al cabo, sentía predilección por los hombres asiáticos y aquel era bastante atractivo.
Le pasó la pelota y él la cogió veloz. Se alejó un poco y cuando quiso darse cuenta, estaban jugando. Al principio algo suave, lo cual ella agradeció pues estaba haciendo la digestión, pero a medida que seguían fueron aumentando el juego, que se convirtió en una especie de baloncesto ya que había unas canastas, donde él debía de haber estado jugando con sus amigos. Obviamente, él podría haberla machacado enseguida pero era gentil y dejaba que ella le robase la pelota intentando encestar.
Finalmente Laura se dejó caer en el suelo, sudorosa (ahora que la ropa se había secado…). Él se dejó caer a su lado, visiblemente menos agotado.
-No me he presentado aún… encantada, soy Laura.-se secó la mano en la camiseta y se la tendió, esperando que él la estrechase. Él lo hizo.
-Wooyoung.-dijo, simplemente. Ella intentó repetirlo y él se echó a reír, diciéndolo más despacio para que ella intentara pronunciarlo bien.
-…Creo que necesitaría meterme un zapato o una patata en la boca para pronunciarlo bien… Oh, ¿y si te llamo patata? Potato? Total, tampoco creo que nos vayamos a ver más… Now, your name is Potato…-chapurreó en inglés oxidado después de años y años sin tocarlo. Él la observó sorprendido y después se echó a reír. Tenía una bonita risa, masculina y atrayente.
-You… you are… Thumbelina.
-¿¿Mmm??- él sacó el teléfono móvil del bolsillo y buscó algo, enseñándole una imagen. Ella arrugó la frente y arqueó una ceja, pegándole una colleja y arrepintiéndose al darse cuenta de lo que acababa de hacer. Fue a disculparse, no obstante él ya estaba riendo- Como disculpa… te dejaré llamarme pulgarcita…-musitó, sin poder evitar sonreír también.

Cuando quiso darse cuenta, llevaban dos horas juntos hablando como buenamente podían, entendiéndose mediante signos y riéndose mucho. A Laura se le había pasado todo el mal humor que había sentido al principio, olvidándose de lo mal que había ido el viaje desde que había pisado un pie en Seúl, disfrutando de la compañía de aquellos ojos café rayados. De repente, Wooyoung se levantó y la ayudó a hacerlo también, diciéndole que le siguiera (¡otra palabra que conocía!). Ella lo hizo y después de correr detrás de ese feliz y alto chico, se detuvieron. Había un grupo de gente bailando en medio de la calle que al ver al chico parecieron echarle la bronca. Él se disculpó sin dejar de sonreír y se acercó a ellos, guiñándole antes un ojo a Laura y pidiéndole que esperase allí.
El muchacho se unió al grupo de baile, dejándose al instante llevar por la música y extasiando a quienes le observaban. Movimientos no calculados pero perfectamente coordinados, los pies parecían no tocar el suelo y las manos eran alas que le hacían volar. A Laura le gustaba bailar también, y siempre le había gustado ver a la gente hacerlo, extasiarse con sus movimientos… pero era la primera vez que se sentía incapaz de apartar la mirada de nadie.
Cuando hubo terminado, tardó unos instantes en darse cuenta y ponerse a aplaudir, con lágrimas en los ojos porque una repentina admiración le había sobrevenido. Al verla, Wooyoung se sintió confundido por el agua que hacía brillar sus ojos y para reconfortarla, atravesó el gentío que le felicitaba y simplemente, la abrazó con fuerza.
Laura sintió que su respiración se cortaba… ¿qué estaba sucediendo? Tenía los brazos apretando contra su propio pecho y el del chico, quien la obligaba a hundir la cabeza en su cuerpo de tan alto que era y por lo fuertemente que la tenía sujeta.
Si hubiera sucedido en cualquier otro momento, hubiera sido cualquier otro, con cualquier otro olor, otra voz, otra sonrisa… ella se habría apartado como hubiera podido y le habría abofeteado delante de toda aquella gente, sin embargo su cabeza no respondía y su cuerpo solo quería pedir más de aquel contacto.
Deseaba que aquel chaval que no conocía de nada, con el cual casi no podía comunicarse y era incapaz de decir su nombre, siguiera transmitiéndole su calor corporal.

Se estaba haciendo de noche, y seguían juntos. Después del abrazo y de que la gente gritara felizmente a su alrededor, nuevamente se habían marchado el uno junto al otro. Ella estaba tentada de decir que se marchara y la dejara sola, que siguiera haciendo su vida que ella se las arreglaría, pero ni tenía ganas de decir eso ni él parecía dispuesto a hacerle mucho caso.
Estaban frente al mismo lago donde ella se había caído muchas horas atrás, viviendo uno de los momentos más vergonzosos y horribles de su vida. En aquellos momentos, se sentía muchísimo mejor aunque seguía sin saber nada de sus maletas, y por un momento pensó que casi mejor.
Así no era nadie, solo una persona, pudiendo comenzar una vida nueva en el lugar donde transcurrían todos sus sueños, dejando escapar lo que fue y comenzando de cero siendo lo que quiere ser.
Quería cantarle a la vida, quería vivir allí, trabajar en Corea, bebiendo el agua coreana.
-¡¡Amo Corea!!-vociferó de repente, poniendo las manos alrededor de la boca para darle mayor potencia a su grito de liberación. Wooyoung al principio se sorprendió, esbozando al instante una de sus bonitas sonrisas e imitándola. Los dos gritaban, sin entenderse y a la vez, haciéndolo. Cuando terminaron, Laura le observó agradecida- Eres la mejor compañía que podría haber tenido hoy. Aunque al final, me dolerá el cuello de tener que estar siempre con la cabeza levantada para hablarte…-aunque no entendía nada de lo que le decía, Wooyoung respondía a su mirada- Potato… I’m happy.-dijo, haciendo que la sonrisa en el rostro del chico se ensanchara.
-I’m happy too.
Y la besó.
Así, sin previo aviso, sin conocerse, sin entenderse, porque era feliz. La besó. Un roce de labios, en realidad, no podía considerarse de todo un beso.
Se separó, esta vez sin sonreír, esperando la reacción de una petrificada Laura.
-Thumbelina?
-Ahora mismo… qué… ¿tú qué…? ¿Por qué…?-intentaba crear una oración coherente en su mente, sin embargo no era capaz de hacerlo.
¿Dónde estaba el chico con el que había jugado a pelota, riéndose porque era divertido? ¿Cuándo había llegado un hombre, besándola porque “eran felices” y confundiéndola, porque aunque solo lo conocía desde hacía unas horas, deseaba que le diera un beso de verdad?
-Sabía que venir a Corea iba a hacer que viviera como en un sueño, pero esto… el día de hoy de verdad provoca sensación de irrealidad. No sé cómo tomarme todo esto, ¿quería el sino que me encontrara contigo? ¿Vas a ser el amor de mi vida o algo? No tiene sentido que haya pasado todo el día contigo, disfrutando de verdad, cuando no podemos ni siquiera intercambiar dos palabras correctamente… ¡por favor, si te llamo Patata!-se acercó a él y con el dedo le pidió que se agachara, agarrándolo del cuello de la camiseta. Prácticamente pegó su rostro al de él- ¿Cuántos años tienes, estudias o trabajas? ¡No sé nada de ti! Pero sinceramente… me da igual, al fin y al cabo es mi sueño…-y le besó, esta vez de verdad, no lo que él había hecho. Laura nunca se había considerado una chica atrevida, aunque borracha había hecho muchas tonterías… por eso, aquella vez estaba sorprendida de sí misma y culpó al éxtasis del extraño día por estar haciendo aquello.
Finalmente se separaron, pero con los ojos clavados el uno en los del otro, surcando lo el interior de sus almas, relamiéndose por el contacto entre sus labios.
Justamente, en ese momento ideal, en el preciso momento en que todo parecía sencillamente fantástico y perfecto, el busca de la muchacha sonó.

Wooyoung la acompañó al aeropuerto a buscar sus maletas, ambos en silencio. No estaba muy lejos así que llegaron rápidamente y el chico la ayudó a recuperar sus cosas, que ella no sabía si abrazar con fuerza o patear por fastidiarle tal perfecto momento. Salieron a la calle y les recibió un aire fresquillo que hizo volar su cabello ligeramente. Se volvió hacia Wooyoung, sonriendo dulcemente.
-Muchas gracias por todo. Thank you. Gomawo…-él negó fervientemente con la cabeza.
No quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero despedirme… eran las únicas palabras que cruzaban su mente en aquellos momentos. Quería lanzarse a su cuello, volver a besarlo.
Aunque sabía que estaba mal, que no se volvían a ver y que pasaría meses deseando tenerlo cerca otra vez, sabiendo que lo mejor era separarse ya el uno del otro y no volverse a ver jamás para no hacerse daño.
Se despidieron cuando un taxi llegó y él le indicó al conductor dónde debía llevarla. Minutos después, la chica se lanzaba encima de la cama de su cuarto de hotel con todo el cuerpo agarrotado y dolorido. No lo había notado hasta entonces, pero estaba realmente agotada y necesitaba dormir un rato para cumplir los planes de visitar la ciudad al día siguiente. Un mes no iba a darle para hacer todo lo que quería, así que debía aprovechar bien los días. Pensaría que aquel no había sido uno perdido, solo… vivido.

A la mañana siguiente se despertó, se duchó, de vistió y desayunó. Nada fuera de lo habitual (dejando de lado que estaba haciendo toda aquella rutina en Corea). Cuando estuvo lista cogió su bolso, asegurándose de que esta vez sí llevaba todo lo necesario y adecuado, y salió a la calle. Estiró los brazos, desentumeciendo el cuerpo y dejando que el aire de la ciudad entrase en sus pulmones (¿polución? ¡Era Corea, qué más daba!). Sintiendo que al fin comenzaban sus ansiadas vacaciones, comenzó a caminar en dirección a donde se había marcado en el mapa, ruta la cual había repasado infinidad de veces porque tenía tendencia a perderse hasta en su ciudad natal, sin embargo se detuvo una vez dado el primer paso.
Allí estaba él, el chico de su día extraño, el chico patata que no entendía una palabra de lo que decía y la hacía reír, que la besaba dulcemente aunque no se conocían de nada.
Ella había tomado la decisión, porque no sabía en qué podía quedar todo aquello y había deseado que solo fuera un bello recuerdo para cuando regresara a España.
Pero él desbarajustaba sus planes, presentándose ante ella y esperándola quién sabía desde cuándo frente al hotel donde sabía que se hospedaba. Se acercó lentamente a él y lo saludó como si fueran amigos de mucho tiempo atrás.
-Está bien… vamos a disfrutar. Ya veré luego cómo soporto mi vida.

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FIN PARTE 1
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6 comentarios:

  1. Ohh que bonito!! De verdad es muy tierno :)

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  2. Me ha encantado. Me encantan los fics - reto ^^ Y encima super bien escritos!!! :)

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  3. me encantannnnnnnnnnnnnnn que vicio madreee y por cierto que no tenia ni idea lo que era un fic reversible pero me mola y saragheo a todas las escritoras de este tipo de fics ( debilidades que tiene una ais...) O_O

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  4. ((((HeHe en mi pueblo no hay servicio de trenes pero por ti lo que sea como noo))))
    [[[[Género: MuérasedeplacerLau]]]]
    me han gustado bastante ahora a leer el siguiente

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  5. Oh My God!! Es que no puede ser mas lindosss!!! no te puedes imaginar la sonrisa estupida que tengo en la cara~~~ *o*

    se pasaron! T-T yo quiero ir a corea tambien!! jejejejeje...y quiero viajar en tren~~es de lo mejor!! jajaja

    Tina

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  6. ¡Hola! Me ha gustado esta dinámica de fic reversible, lo desconocía. De Mariposa de Metal, la reacción de la Chica al conocer a Heechul, fue tan real *O* y Primer Día en Corea lo último que dijo la Chica fue tan poético: "Esta bien....Vamos a disfrutar. Ya veré luego como soporto mi vida." Un día con Wooyoung ¿porqué no? x3 .... Sigan así, hacen un gran trabajo ;) .

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