Título: Nappeun Namja
Autora: Jeannelok
Grupo: Mblaq
Género: ¿Thriller? XD
Rating: +16 (por si acaso se me va la pinza)
Comentarios: En este fic Mblaq no es un grupo famoso. Es una banda que toca en locales y tal, así que obviamente los chicos NO son ídolos.
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Cuando cerraba los ojos, no podía ver otra cosa que el rostro de Suk Eun enloqueciendo por segundos. Por su culpa, aunque ella parecía tan sana cuando había abierto la puerta, había sufrido una recaída. Se odiaba, de solo pensarlo, se odiaba, ¿a cuánta gente más haría sufrir?
Sin embargo, algo sabía. Que Suk Eun estaba implicada en lo que sucedía, pero indirectamente. Sí que lo sospechaba mas debía confirmarlo…
Alguien se había llevado su peluche, ¿pero quién? ¿El chico aquel que había alquilado el disfraz?
Tenía que haber sido él…
-Mierda, estoy como al principio…-musitó hastiado, dejando caer el periódico que semejaba leer pero que no era así, a un lado. Su compañero se volvió a mirarlo con la cuchara de leche en la boca y le dedicó una débil sonrisa.
No se había mostrado en ningún momento en desacuerdo o descontento con su presencia, aunque Joon se sentía realmente extraño. Por un lado, feliz de haberse liberado del gran peso que cargaba, por otro… por otro le invadía la sensación de que todo el mundo le miraba, le señalaba y murmuraba a su alrededor.
Cuando terminó de desayunar su amigo se fue a arreglar. Había quedado con G.O. para probar unos micrófonos en un escenario al aire libre donde quizá les dejaban tocar, y Joon se dio cuenta de que o se daba prisa, o llegaría tarde a trabajar, y en las últimas semanas ya había hecho suficiente el tonto con el trabajo.
Mientras se dirigía al lugar, su mente repasaba toda la información que tenía acumulada. Por un lado, debía tener en cuenta lo que el hombre de la tienda de disfraces le había dicho. Seguía sin encontrar en su mente ningún muchacho que pudiera estar involucrado en la muerte de su hyung pero… aunque hubiera sido una chica, la única que podía haber sido estaba claro que no lo era… ¿y quién se había llevado el maldito peluche?
-Mierda… ¿por qué Mir y su familia tienen que pedir no hacer ninguna investigación?-gruñó a la nada. Al menos, si no hubieran sido tan buenazos, la policía investigando seguramente encontraría pistas que él no podría encontrar nunca, como huellas dactilares, el lugar desde el cual se había enviado el paquete… Ellos eran los especialistas, él solo podía dedicarse a dar tumbos de un lado al otro sin saber realmente qué hacer, lamentándose por todo.
Llegado el medio día se planteó qué podía hacer, y aunque cruzó por su mente la idea de ir a visitar la tumba de Soo Ra la rechazó. No podía verla, no aún: primero tenía que encontrar a la persona que estaba haciendo todo aquello.
Se dirigió de nuevo a casa, al menos quería ver si Min Young estaba en casa. Ya que Thunder y G.O. se protegían mutuamente, él se dedicaría plenamente a la chica mientras investigaba.
Cuando llegó llamó a la puerta de donde ella vivía. Tenía entendido que allí vivía más gente, sin embargo nunca los había visto y tampoco se decidía a preguntarle nada a ella.
Al no responderle nadie, decidió esperarla sentado en la escalera, justo en el lugar donde se sentó una noche también con ella.
Pasó alrededor de una hora y media allí recostado contra la barandilla, saludando vecinos y vecinas, hasta que un coche oscuro se detuvo frente los edificios y de él bajó la muchacha. Se sorprendió al ver el vehículo, era bastante lujoso.
¿Era rica la familia de la muchacha?
-Es verdad…-musitó, abriendo mucho los ojos, sintiéndose mal de repente- En realidad no conozco nada de ella o de su vida…
Sin embargo cuando la vio subiendo las escaleras borró la cara de angustia de su rostro y la substituyó por una alegre sonrisa.
-¡Min Young!-la llamó felizmente, sin embargo cuando ella levantó el rostro estaba ceniciento y ojerosa. Prácticamente se lanzó sobre ella al verla así y la rodeó con un brazo. La muchacha tardó unos instantes en reaccionar.
-Joon…
-¿¡Ha pasado algo!?-¿la habían atacado? ¿¡Otra vez había llegado tarde!?
-Yo… no pasa nada. Solo… quiero descansar, Joon. Estoy bien, algo mareada pero bien…-no, no estaba bien, era obvio. Sin embargo ella nunca le pedía nada, y por una petición que le hacía, aunque él estuviera totalmente en contra, no podía negarse.
-Al menos deja que te acompañe hasta…
-¡Puedo yo sola!-estalló de repente, desprendiéndose de él y comenzando a caminar hacia el apartamento. La observó subir, mudo y sin saber cómo reaccionar. Cuando la chica estuvo frente a la puerta, giró ligeramente la cabeza y se quedó mirándolo- Joon, yo… yo…-pudo ver sus ojos llenarse de lágrimas, pero enseguida se metió en el piso y no dejó que viese nada más.
El chico contuvo el aliento y se esforzó por no correr hasta la puerta de la chica y aporrearla para preguntarle qué sucedía. No podía dejarlo con aquella angustia en el cuerpo, ¿qué sucedía? ¿Por qué tenía ese aspecto y parecía a punto de llorar? ¿Qué le había querido decir?
El teléfono móvil comenzó a sonar.
-Maldita sea…-pensó en primera instancia, pero al menos una llamada podría distraerlo… sin embargo, cuando le dijeron lo que sucedía, casi hubiera preferido no saber nada- Voy ahora mismo para allá… no te muevas de su lado, Thunder.
-Estoy bien -musitó G.O., mostrándole las manos vendadas-. Las quemaduras no son demasiado graves, y ya me han dado el alta. Solo tengo que aplicarme una crema y…
-¿Cómo ha sucedido?-preguntó enseguida, aliviado al menos que el accidente no hubiera pasado de un susto.
-Estábamos practicando con los micrófonos en el escenario-comenzó a relatar el más joven de los tres, acercándose un vaso de agua que simplemente sujetó, sin beber-. Unos niños jugaban por allí cerca con pistolas de agua y… de repente comenzaron a disparar a G.O..
-Has dicho con… ¿con pistolas de agua?-no era un accidente. No- ¿No les habéis preguntado a los niños por qué lo hicieron?
-Con el susto simplemente llamamos a la ambulancia mientras atendíamos a G.O..-señaló con la cabeza al aludido, quien volvió a levantar y sacudir las manos.
-Crees que tiene algo que ver contigo, ¿verdad?-le dijo- Pero no es así, solo un accidente sin importancia…
-No, no lo es. La pista… la dejó delante de la casa de Min Young. Una pistola de agua, donde también enganchó unas pegatinas que tenían forma de…
-¿Estrella?-terminó su amigo por él, mirándose las manos vendadas e intentando apretar el puño, pero sin conseguirlo a causa del dolor- Nos hiere para hacerte daño, pero no llega más allá. Porque quiere hacerte sufrir pero sin ensuciarse las manos…
-¿¡Y Soo Ra!?
-Ella tomó la decisión. No es un asesinato directamente, simplemente la ayudó, por decirlo de alguna manera. Lo que busca es enloquecerte, pero en algún momento irá directamente a por ti. Ahora solo le quedan dos personas, y seguramente el siguiente sea…
-Yo.-puntualizó Thunder, con cara de circunstancias. Se quedaron los tres en silencio, sopesando la situación. El ambiente cada vez era más pesado.
El hecho de esperar en el lugar donde había sido el accidente no le garantizaba nada. Los niños podían ni siquiera ser de ese barrio. Sin embargo era hasta ese momento lo único que podía hacer para averiguar algo. Se volvió hacia Thunder, a quien había arrastrado hasta allí. No podía dejarlo solo.
-Ya he llamado-el chico colgó el teléfono-. Esta noche no actuamos.
El semblante del joven era más sombrío que de costumbre, y Joon se sintió culpable. Quiso disculparse por haberle involucrado en aquella situación, pero no sabía cómo hacerlo.
Pasaron un par de horas caminando por allí y buscando niños, pero cuanto más tardaban más oscurecía y más difícil se volvía encontrar ninguno.
-Será mejor que nos marchemos.-musitó Thunder, agarrándolo suavemente del brazo. Era verdad.
-Te invito a cenar.-ninguno había comido todavía nada desde el desayuno.
Fueron a una caseta de comida y pidieron comida y soju. Thunder comía y Joon solo bebía.
-Deberías comer algo, hyung.-el chico intentó acercarle comida a la boca, peor fue en vano- ¡No estás acostumbrado a beber! Te sentará mal.
-Déjame, yo… merezco que me siente mal. Merezco todo lo malo que pueda sucederme.
-¿Por qué? ¿Qué has hecho para odiarte tanto?
-¿No escuchaste mi historia?-las lágrimas se reunieron en sus ojos- He destrozado muchas vidas, y mi pecado ahora me pasa factura. Soy un mal hombre, el peor de los hombres, y he querido ser feliz a pesar de todo.
-Entonces, ¿crees que es justo que se venguen de ti?
-Lo es. Lo… es.-Thunder no dijo nada más. Pidió otra botella de soju y cuando la trajeron, se sirvió un poco.
No recordaba muy bien cómo había llegado hasta casa. Su mente estaba nublada la cabeza le dolía como mil demonios.
En un rincón del cuarto vio su ropa apilada, con olor a vómito.
Él llevaba los pantalones del pijama.
Seguramente Thunder lo había llevado hasta allí y cambiado. Se sintió en deuda con él.
Se levantó y asomó la cabeza por la puerta al recibir su nariz el agradable olor de la comida.
-Buenos días-le dijo Thunder desde la cocina al ver que se había despertado. Le devolvió el saludo con la cabeza, sorprendido y divertido al verle vestir con delantal-. No voy a consentir ninguna broma. Con esto no esperes regalo de cumpleaños en al menos tres décadas.
-¡Eh! ¿No es eso demasiado?
-¿Te he hecho alguna vez la comida? No, ¿verdad? Pues tómalo como un milagro.-le empujó ligeramente para apartarlo y Joon se fue al cuarto de baño para lavarse las manos. De repente salió pitando y gritando que llegaba tarde.
-Les he avisado de que estabas enfermo y de que hoy no irías. No te preocupes. Están preocupados porque últimamente faltas mucho…
-Eer… yo…
-Todo este asunto te supera, hyung-le señaló la mesa para que se sentara mientras le servía una taza de arroz caliente-. Sería hora de terminar con él de una vez por todas, ¿no?
-¡Obviamente!-dijo, sentándose y escuchando a su estómago rugir al ver la comida sobre la mesa- Pero no soy yo quien toma las decisiones en esta venganza. Si fuera por mí, acudiría donde la persona me dijera ahora mismo, y dejaría de preocuparme porque a ti-o a Min Young- te suceda algo. La angustia que he sentido al pensar que os había sucedido algo… el accidente de Seungho hyung, G.O. o el envenenamiento de Mir… sé que todo ha sido provocado. Incluso la muerte de Soo Ra. Quizá G.O. tenga razón y la decisión la tomó ella, sin embargo no tendría por qué haberlo hecho de no estar el arma allí.
Comieron sin añadir nada más en la conversación. Joon notaba de vez en cuando la mirada del otro muchacho sobre él, ¿qué estaría pasando por la cabeza del joven en aquellos momentos? A veces le daba la sensación de que era incluso más serio y adulto que él mismo…
Se ofreció a lavar los cubiertos ya que él se había encargado de preparar la cocina, además a Thunder le surgió algo y tuvo que marcharse. Fue mientras estaba secando los palillos que le llamaron por teléfono y lo cogió alegremente al ver quién era. Se preguntó si ya estaría bien, pero dicha idea se borró al instante al escuchar un sollozo al otro lado del aparato.
-¿¡Min Young!? ¿¡Ha sucedido algo!?
-Joon… Joon, ¿podemos vernos? Necesito… verte,-se ahogaba mientras hablaba. Las palabras se peleaban unas con otras por salir. El chico tuvo la necesidad de encontrarse a su lado, abrazándola.
-¿¡Dónde estás!?
El murmullo de la chica le hizo palidecer.
No se esperaba aquello.
La llamada acabó y dejó caer el teléfono sobre el suelo, con el corazón latiéndole con violencia.
¿Por qué allí? ¿Por qué de todos los lugares… allí?
Se vistió rápidamente y cogió la chaqueta, calculando que todavía le quedaba más de una hora de viaje en moto para llegar.
Sólo deseó que nada le hubiera sucedido a la chica.
Lo sabía, sabía que Min Young estaba implicada en esta historia. Hasta qué punto, ni idea, pero seguro que ella fue parte de esa venganza para acercarse e Joon. No sé si lo sabría pero para mí que sí, aunque ahora se arrepienta.
ResponderEliminarPobre Joon, es que no deja de sufrir, cuando no tiene la culpa, todo fue un maldito accidente por culpa del otro irresponsable.
Ya me veo venir final trágico, porque son tus preferidos ¬¬
Ella es la clave, joer! Y ahora acaba de tenderle una trampa. Está metida en el ajo, peeeeeero intuyo que ahora se ha enamorado y tal.
ResponderEliminarVoy por el último.