Título: En el lavabo
Autora: Jeannelok
Grupo: Mblaq, B2ST
Género. Puff, yo qué sé qué poner XD
Pareja: JoonXKikwang
Rating: +16
Comentarios: Me estoy esforzando por hacer escenas un poco más picandillas, ¡dadme tiempo! XD
(¯`·._.·(¯`·._.·(¯`·._.· ♥ ·._.·´¯)·._.·´¯)·._.·´¯)
Cuando le vio en la sala como invitado al programa, no pudo creérselo. Cada instante en que pudiera verle se le antojaba pequeño, corto, efímero. Por eso, la posibilidad de que le gustara al público y poder grabar más veces juntos hacía que se le revolviera el bajo vientre y tuviera que morderse los labios de la emoción. Obviamente, a la gente le gustó y comenzó a disfrutar más y más de su presencia. Clavaba los ojos en él, extasiado, esperando que la cámara creyera que era todo emoción por el juego. Comenzó a esforzarse prácticamente el doble y a intentar ser más divertido.
Por más que Joon lo pensaba, no recordaba haberse comportado de aquella manera para otro que no fuera Kikwang.
Lo difícil era poder quedarse a solas. A cada día que pasaba se le sumaba una ansiedad por poder tenerlo para sí solo, charlar con tranquilidad, empotrarlo contra la pared y…
Sacudió la cabeza, intentando deshacerse de aquellos pensamientos, ¿cómo podía ni siquiera tenerlos? Se puso las manos en las mejillas y las notó ardiendo.
Aquella tarde no tenían grabación, y sus compañeros estaban con otras actividades individuales. Se preguntó si a Kikwang y Yoseob les pasaría lo mismo, ¿sería raro llamarles para tomar algo? Quizá tenía suerte y el segundo ya tenía otros planes previstos…
Observó su agenda de mano. Disimuladamente había conseguido los números de teléfono. Solo tenía que ir a alguna cabina y llamarles. Los nervios debían quedarse en algún lugar escondidos.
Bajó a la calle y salió por la puerta del garaje para esquivar a algunas fans apostadas en la entrada. Se metió en un locutorio cercano y se metió en una de las cabinas rápidamente para llamar por teléfono, con el corazón latiéndole a mil por hora.
Estaba a punto de colgar cuando cogió el teléfono. Había decidido llamar a Yoseob para poder sobrevivir a la llamada, y sin embargo se ponía nervioso por saber qué le respondería.
-¡Hola!-saludó casualmente- Soy Lee Joon…-inclinó ligeramente la cabeza por reflejo y se imaginó que el otro muchacho hacía lo mismo al responder:
-¡Oh, hola! ¿Qué pasa?
-Nada, es que… no tengo nada que hacer y he pensado que quizá también estabais libres.
-Ah, justo discutíamos ahora qué hacer- bien, bien, bien, bien gritaba victoriosa su mente. Escuchó su voz llamando de fondo a Kikwang y sintió la violencia de su corazón latiendo más fuerte cuando le escuchó responder-. ¿Entonces al final…? Ah… ¿Lee Joon-shi? ¿Quieres venir a comer a nuestro apartamento? Al parecer Kikwang estaba pensando en preparar una nueva receta…
Así fue como, con una botella de vino en la mano, Lee Joon se plantó ante los apartamentos de sus amigos a media mañana. Tuvo que esperar al mayor de ellos por allí cerca y se metieron también por el garaje. Notó que sus manos temblaban a medida que se acercaban a la puerta de la casa.
Una vez dentro, fueron directamente hasta la cocina donde el más joven estaba con el delantal puesto y cocinando animadamente. Se dedicaron una inclinación mutua de saludo mientras Yoseob guardaba la bebida en la nevera y a continuación le enseñaba el resto de la casa.
Se sentaron alrededor de la mesa media hora más tarde. Kikwang estaba totalmente ilusionado, con su eterna sonrisa que volvía sus ojos en dos líneas rectas. A Joon le gustaba verle sonreír.
Comenzaron a comer ante las explicaciones del chico de qué era cada plato, aunque en realidad no había ninguna dificultad para saberlo tal y como le hizo saber finalmente Yoseob. En contra de lo que se pensaba Joon, al final pudo comer bastante tranquilo e incluso bromeó como los otros dos, sintiendo cada vez que la presión era menor. Cuando terminaron de comer, recogieron y limpiaron, alguno de ellos propuso ir a algún lugar a distraerse. Ganó una sala de juegos que había abierto por allí cerca y se dirigieron allí pensando que al ser entre semana, tampoco estaría demasiado lleno. Así fue al principio, pudieron jugar sin sentir la presión de las miradas sobre ellos porque las personas que se encontraban allí estaban distraídas con sus propios juegos, no obstante a medida que pasó el tiempo, comenzaron a llegar jóvenes escaqueándose de las clases. Jóvenes chicas que en sí se les intentaron acercar por parecerles atractivos desde lejos, y que tuvieron que esquivar como pudieron antes de ser descubiertos.
-Vamos a dividirnos y encontrarnos en la calle de allí abajo.-señaló Kikwang, dándose cuenta de que no iban a poder mantenerse en secreto mucho más tiempo. Los otros dos asintieron. Era agobiante tener que estar escondiéndose siempre, aunque debían reconocer que a su vez era ciertamente divertido.
Se separaron de inmediato, dirigiéndose cada uno por un lado. Joon quería rodear un par de máquinas antes de acercarse a la salida, no obstante un par de chicas le bloquearon el paso y se acercaron a él con sonrisas pícaras. El muchacho conocía a las mujeres, y esas no parecían dispuestas a rendirse, por mucho que él dijera que tenía prisa. Bajaba la mirada para que la gorra le cubriera mejor el rostro, e intentaba mantenerlas alejadas con las manos. Notó de repente un tirón de mano que lo desequilibró y se dio cuenta de que era Kikwang quien intentaba llevárselo consigo aunque fuera corriendo.
Así hicieron, salieron disparados escuchando gritos de las chicas que ya los habían reconocido. Sin poder encontrar ningún otro sitio donde meterse, Kikwang abrió la primera puerta que se le pasó en frente y entraron, chocándose contra algo. Para poder entrar antes de ser encontrados Joon se vio obligado a sentarse y Kikwang se quedó de pie frente a él, con las piernas abiertas subido donde fuera que él se había acomodado tras chocar.
Al principio les costó adaptarse, pero a los segundos sus ojos se acostumbraron. Estaban en un minúsculo cuarto de baño, seguramente el que debían usar los trabajadores. Aún no sabían cómo habían logrado meterse en él, y agradecieron en silencio que alguien se lo hubiera dejado abierto.
Joon movió despacio el brazo y cerró la puerta con un casi insonoro clack, para su suerte.
-No voy a aguantar mucho así.-señaló Kikwang en voz baja, quien estaba prácticamente sosteniéndose sobre una pierna pues por más que Joon juntara las suyas no había espacio suficiente. Además, debía retirar el rostro o la visión que tendría ante sus ojos podría ser ligeramente peligrosa.
-Tardarán en rendirse…-tras decir eso, pudo notar cómo Kikwang bajaba lentamente y se sentaba sobre él, quedando cara con cara.
-Lo siento-musitó el otro joven. Estaba tan cerca que le respiraba sobre la cara. Pero el problema no era solo ese. De la manera en la que se había tenido que sentar, sus entrepiernas estaban juntas y al mínimo movimiento se frotaban. Joon no sabía dónde poner las manos, y optó por dejarlas colgando a ambos lados del cuerpo justo cuando el otro dejó caer la cabeza sobre su hombro y apoyó las suyas propias en las rodillas de Joon-. Si nos pillan así será… comprometido.
Inocentemente, había esperado ser el único en estar pensando que aquella situación era ciertamente vergonzosa. Maldita sea, le estaba gustando.
-¿Puedes aguantar un poco más así, Lee Joon-sshi?-le susurró, golpeándole con el aliento fresco y húmedo en la piel del cuello. Se estremeció sin poder evitarlo, pues lo tenía tan cerca que al mover ligeramente la cabeza le rozó con sus grandes y apetitosos labios.
Aunque no le viera el rostro y sólo tuviera percepción desde su nuca, tenía grabada a fuego cada una de las facciones de su cara.
Kikwang arrastró las manos que tenía en las rodillas de Joon, arrancándole un profundo suspiro sin que pudiera retenerlo.
-¿Estás bien? ¿Peso mucho?-se vio incapaz de responder, suficiente concentrado en no dejarse llevar por el momento y violarlo allí mismo.
Concentración… necesitaba concentración… Dios, pero la respiración del otro sobre él no ayudaba… ¿y por qué no dejaba de moverse? Notaba que el pantalón cada vez le apretaba más.
-No… no pesas…-dijo con voz queda, asustando al otro quien volvió a moverse, sacando las manos de sus piernas y colocando el rostro nuevamente ante el de él.
-¿Seguro? ¿Estás bien? Maldita sea, ¿quién puede hacer sus necesidades en algo tan pequeño?-se quejó, mirando hacia los lados- ¿Quieres que me ponga de pie otra vez o…?
-Así está bien… no se oyen voces ya. Quizá podamos salir.
-Sí.-no, no, no, no, ¿¿por qué quería salir??
Joon todavía sentía las piernas temblándole cuando se encontraron con Yoseob. Kikwang se disculpó una y mil veces creyendo que era a causa del cansancio, y ambos optaron por no explicarle la embarazosa situación al otro muchacho y decirle que simplemente se habían visto en apuros y que por eso habían tardado tanto.
El mayor se preguntó en su interior si tendría que dar las gracias a algún Dios, porque sus deseos habían estado escuchados mucho más allá de lo que él había imaginado.
Los días volvieron a la normalidad, aunque en su cabeza solo había una imagen y una sensación. Se dio cuenta que antes de tener nada deseaba menos, pero una vez había tenido tan cerca al otro chico necesitaba recibir más de él. No podía frenar ya sus instintos, ¿cómo iba a poder soportar aquello?
Hacía una semana entera que no le había visto, pero aquella tarde volverían a encontrarse en el programa, donde a pesar de que le dijeron un mes finalmente habían cogido a Kikwang como fijo.
Nada más llegar vio cómo le saludaba a través del cristal mientras le maquillaban y sólo se vio capaz de dedicarle una sonrisa tímida.
Se dirigió a su propio sitio y dejó que le arreglaran, rogando porque tardaran lo suficiente para no tener que intercambiar palabras con el otro muchacho. No fue así, y cuando quiso darse cuenta estaba al lado de Kikwang quien le propuso algo que le dejó totalmente fuera de lugar:
-¿Te gustaría ir a la playa luego?
-Esto… estamos en otoño…
-¡Es solo para verla! Este año no he podido ni acercarme a ella y los demás no me quieren acompañar.
Tenía que negarse.
Tenía que hacerlo, pero… ¿No podía ayudarle dejando de dirigirle aquella mirada lastimera?
-Está…bien-Kiwkang se puso en pie de un salto y le agarró ambas manos con agradecimiento, forzándole a levantarse mientras él saltaba-. Estoy por hacerte el baile americano…
-¡No, no hace falta!- sí, sí hacía falta.
El programa pasó sin demasiados problemas, como siempre hubo muchas risas y roces inocentes de manos y brazos, que igualmente le llevaban a la desesperación. Seguía preguntándose cómo aguantaría más aquella maldita presión, ¿y por qué había cavado su propia tumba para aquella tarde?
Armados con unas gorras y mascarillas después de despedirse del resto de compañeros, se dirigieron al metro. Era hora punta así que se estaban arriesgando bastante, pero por suerte no había muchos estudiantes alrededor quienes eran los que seguramente más fácilmente le reconocerían.
De un salto se metieron en un vagón y comenzaron a ser llevados por la ola de gentío hasta un rincón del mismo, Kikwang quedó pegado contra una de las paredes y Joon frente a él, apoyándose en dicha pared para no aplastarle.
-¿Estás bien?
-Bue…no…-musitó Joon, sintiendo que la presión estaba pudiendo con él. No pudo resistirse más y cuando se dio cuenta, su pecho estaba aplastando el del otro chico. Como todavía no hacía demasiado frío para ir muy abrigados notó el movimiento de su pecho subiendo y bajando, mientras que su propia respiración se cortó.
-Ja…-logró decir finalmente Kikwang, que también se vio sorprendido por el repentino apretón- ¿Te estás vengando por lo del otro día?
-Lo siento…-Joon se encogió de hombros. La gente apretaba contra su cuerpo y aún estaba rodeando el de Kikwang manteniendo las manos apoyadas a su espalda, para al menos proteger con los codos los flancos. Le ayudaba el ser algunos centímetros más alto que él para cubrirle.
-Está bien…gracias.-el más joven señaló con la cabeza uno de los brazos y le sonrió. La mascarilla cubría su boca y la gorra sus ojos pero de algún modo, supo que le había sonreído.
-Ya me cobraré.-intentó bromear.
-¿En carnes?-la pregunta fue hecha tan en voz baja, que Joon lo adjudicó totalmente a una respuesta ideada por su imaginación y se mantuvo en silencio. A medida que pasaban las estaciones e iba oscureciendo, sus cuerpos iban separándose y finalmente hasta pudieron sentarse antes de llegar a su destino.
-¡¡Uaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!-Kikwang se plantó ante el agua y abrió los brazos como intentando abarcarla, completamente feliz. El aire comenzaba a refrescar y ya era de noche, sin embargo parecía no tener en cuenta aquellos factores. Se estuvo un rato admirando el agua, mientras Joon hacía lo propio con su figura de espaldas y se preguntaba cómo regresarían y a qué hora- ¡¡Únete a mí!!-le propuso repentinamente, comenzando a desnudarse y metiéndose solamente con la ropa interior en el agua. Al verle Joon abrió mucho los ojos y sin poder resistirse acabó imitándolo, llevado por la tentación y por la diversión a partes iguales.
El agua estaba sorprendentemente templada y cuando quisieron darse cuenta estaban totalmente sumergidos en ella. Jugaron como infantes mojándose el uno al otro y haciéndose aguadillas, ganando casi siempre Kikwang.
-¿Lo estás disfrutando?-le preguntó. Joon comenzó a reír con fuerza y asintió a la pregunta- Me alegro mucho, de verdad.-de repente, el ambiente comenzó a tensarse.
-Sería hora de…ir volviendo, ¿no?
-En realidad no. Yo…hablé con mi compañía, y con G.O. también. Le dijo a vuestro manager que regresarías mañana por la mañana.
-¿Có…cómo?
-No te enfades. Tómalo como una noche para disfrutar.
¿Estaban sus oídos escuchando correctamente?
-¿Por qué has hecho eso?
-Porque… quería pasar un rato contigo.-agua, debía de tener las orejas y el cerebro llenos de agua. No encontraba otra respuesta a las cosas que llevaba escuchando todo el día por parte de Kikwang. Antes de que pudiera reaccionar y como defendiéndose, el chico le lanzó agua y Joon tuvo que seguirle el juego, aparcando momentáneamente las dudas dentro de él.
Se dejaron caer sobre la arena, cansados y empapados. Sus cuerpos desnudos y mojados se llenaron de arena, pero Joon no dudó en ponerse los pantalones para evitar que Kikwang reparase en cierto aspecto de él. Éste también se puso los pantalones.
-Va a picar.-advirtió, refiriéndose a la arena.
-Ya nos rascaremos…-Joon evitó mirarle. El agua resbalaba por cada parte de él. Por los oscuros cabellos que se pegaban a su pequeña cara, contorneándola, cayendo las gotas sobre las pestañas de sus ojos y de ahí hasta sus grandes labios. Bañaban el cuello y lamían la clavícula y los hombros, bailando más adelante por el pectoral cuadrado y el cuerpo bien formado. Era un espectáculo digno como un manjar de dioses y Joon tenía que resistir la necesidad de probarlo.
No tenían lugar donde quedarse, así que fueron caminando hasta encontrar el balneario más cercano. Cuando Joon fue a pagar Kikwang se negó, diciendo que él le había metido en aquella aventura y que era su deber invitarlo.
Se cambiaron, metiéndose en una de las saldas de aire caliente para que se les secara la ropa interior totalmente empapada. Era realmente sofocante. Se tumbaron en el suelo con las gotas de sudor resbalando por la frente.
-Luego toca comer huevos cocidos.-comentó Kikwang, levantándose-. Nunca se me ha dado bien estarme en estos sitos.
-Venga, unos minutos más.- Joon necesitaba que algo calmara su mente y su cuerpo. Así estuvieron un poco más, ya continuación fueron a por los huevos cocidos. Por suerte no había demasiada gente, pues una gran parte ya se había ido a dormir. Cogiern cada uno un huevo y lo soplaron, mirándose fijamente-. Uno, dos y… ¡tres!-se rompieron los huevos el uno en la cabeza del otro y se los comieron. Realmente era como regresar a la infancia, pasándoselo bien con un compañero de clase.
Siguieron comiendo un poco más y finalmente fueron a dormir, con la cabeza totalmente fuera de los huecos donde se habían metido y el cuerpo dentro, manteniéndolo en calor.
-Ha sido muy divertido-Kikwang sonrió dulcemente. Joon le devolvió el gesto, dándole la razón-. Me gustaría que el día no tuviera que acabar, o que mañana no tuviéramos que volver a la rutina.-bostezó.
-Algún día lo repetiremos. Buenas noches.
-Buenas noches.-Kikwang cerró los ojos primero. Joon lo hizo a continuación con esa imagen grabada en su cerebro.
Notó algo acariciándole la mejilla y quiso apartarlo de sí moviendo ligeramente la cabeza. Esta vez fue en la nariz donde encontró la molestia y se obligó a abrir un ojo para ver qué era. Resultó ser la mano de Kikwang. El muchacho había dejado medio cuerpo fuera y estaba metiéndole el sin querer el dedo en la nariz. Aguantándose la explosión de risa se enderezó y acomodó a Kikwang, dándose cuenta de que tenía que despertarle al ver la hora que era. Se vistieron a toda prisa y corrieron a correr el metro que les llevaría de vuelta a la vida normal.
Después de aquella noche de fantasía, los días volvieron a pasar con normalidad. Joon no podía creerse las cosas que había vivido en las últimas semanas relacionadas con Kikwang. Además, su amistad había crecido, era fácil verlo en la manera de saludarse chocando las manos, o las sonrisas intercambiadas.
La noticia le llegó aquella tarde. Se lo contó Yoseob. Al parecer debido a que su compañero iba a comenzar otro drama no tendría tiempo para el programa y aquella sería la última vez en que aparecería. Joon tuvo que resistir las ganas de salir corriendo a buscarle y preguntarle qué significaba aquello, pero no le hizo falta porque se lo encontró saliendo de una habitación. Faltaba una hora para el programa, sin embargo él ya estaba preparado. Yoseob se despidió y se metió en el mismo sitio donde su compañero había salido.
-Te has enterado, ¿verdad?
-Igualmente iba a enterarme esta tarde… ¿Por qué no me lo habías dicho?
-¿Estás enfadado? ¿Por qué?-había algo extraño en la voz de Kikwang. No sabría decir qué, pero en vez de mostrarse inocente y simpático como siempre un matiz ansioso se dejaba entrever entre sus palabras- Dime, ¿harás algo?
-No te entiendo…
-¡Maldita sea! Ya no sé cómo insinuártelo más. Sígueme-le ordenó. Joon fue a negarse, todavía tenían que arreglarle para el programa-. Serán unos minutos-le aseguró el otro chico. Sin poder negarse nuevamente fue tras él. Se detuvieron ante unos servicios, lo cual lo descolocó-. Este será un buen sitio.-Kikwang sonrió y entró, seguido por él mismo. Antes casi de que la puerta se hubiera cerrado, sintió el tirón y cómo Kikwang lo metía en uno de los lavabos, cerrándolo tras de sí.
-¿Pero qué…?-intentó preguntar en vano. El otro muchacho le empujó obligándole a sentarse y antes de poder reaccionar sintió el dulce placer de sus labios arrebatándole un poderoso beso. Antes de poder reaccionar y saborearlo gustosamente Kikwang se separó de él.
-He intentado decírtelo de mil maneras posibles, pero no hay modo de que te des cuenta. Hoy era es mi última oportunidad. Iba a esperar a después del programa, porque ahora mismo aunque esté ardiendo no podemos hacer nada, pero… no puedo más.
-¿Có… cómo?
-Tan corto como siempre-la sonrisa de Kikwang se hizo extrañamente peligrosa-. Debes de ser el único que no ha notado que la tensión sensual entre nosotros es demasiado grande-volvió a besarlo, más rápidamente y feroz que la vez anterior. El cerebro de Joon todavía no reaccionaba ante lo que sus oídos estaban escuchando y su piel sintiendo. El otro chico no lo soportó más y se le sentó encima, recreando un momento que vivieron en el pasado-. Ya no tienes por qué resistirte. Ah, te dije que te pegaría en carnes pero hasta después del programa no podrá ser.-dijo, mientras le desabrochaba la camisa. Se la quitó despacio, excitándolo ante el resbalar de la tela por sus propios brazos. Ahora cada caricia podía encender cada poro de su piel.
-Lo sabías.
-Desde el principio.
-Me has hecho sufrir…
-Ha sido divertido.-Kikwang le besó el cuello. Bajó por la clavícula, fue al brazo. Le mordió el labio sensualmente. Todo aquello sin dejar de moverse sobre él.
-Si sigues así… no podré… asistir al programa.-gimió Joon, con el aliento perdido. Sus palabras hicieron reaccionar al más joven, quien se había perdido en el placer de sus cuerpos.
-Maldita sea. Tuve que aguantarme en aquel lavabo, porque todavía me estaba asegurando. Tuve que aguantarme en la playa, pero la reacción de tu cuerpo lo dijo todo… ¡y ahora a seguir aguantando!
-¡Ni que fueras el único! Dios, Kikwang, no aguanto más…-con esas palabras consiguió que el otro se le saliera de encima y le agarró las muñecas con la cabeza gacha, intentando relajarse. Respiración, corazón…
-¿Entonces, luego seguimos con esto?-Joon no respondió, pero Kikwang le agarró el cabello y le obligó a retirar la cabeza hacia atrás. Esta vez el encuentro entre sus bocas fue tan feroz que de haberse tratado de un rayo, la tierra se hubiera dividido en dos.
Por más que Joon lo pensaba, no recordaba haberse comportado de aquella manera para otro que no fuera Kikwang.
Lo difícil era poder quedarse a solas. A cada día que pasaba se le sumaba una ansiedad por poder tenerlo para sí solo, charlar con tranquilidad, empotrarlo contra la pared y…
Sacudió la cabeza, intentando deshacerse de aquellos pensamientos, ¿cómo podía ni siquiera tenerlos? Se puso las manos en las mejillas y las notó ardiendo.
Aquella tarde no tenían grabación, y sus compañeros estaban con otras actividades individuales. Se preguntó si a Kikwang y Yoseob les pasaría lo mismo, ¿sería raro llamarles para tomar algo? Quizá tenía suerte y el segundo ya tenía otros planes previstos…
Observó su agenda de mano. Disimuladamente había conseguido los números de teléfono. Solo tenía que ir a alguna cabina y llamarles. Los nervios debían quedarse en algún lugar escondidos.
Bajó a la calle y salió por la puerta del garaje para esquivar a algunas fans apostadas en la entrada. Se metió en un locutorio cercano y se metió en una de las cabinas rápidamente para llamar por teléfono, con el corazón latiéndole a mil por hora.
Estaba a punto de colgar cuando cogió el teléfono. Había decidido llamar a Yoseob para poder sobrevivir a la llamada, y sin embargo se ponía nervioso por saber qué le respondería.
-¡Hola!-saludó casualmente- Soy Lee Joon…-inclinó ligeramente la cabeza por reflejo y se imaginó que el otro muchacho hacía lo mismo al responder:
-¡Oh, hola! ¿Qué pasa?
-Nada, es que… no tengo nada que hacer y he pensado que quizá también estabais libres.
-Ah, justo discutíamos ahora qué hacer- bien, bien, bien, bien gritaba victoriosa su mente. Escuchó su voz llamando de fondo a Kikwang y sintió la violencia de su corazón latiendo más fuerte cuando le escuchó responder-. ¿Entonces al final…? Ah… ¿Lee Joon-shi? ¿Quieres venir a comer a nuestro apartamento? Al parecer Kikwang estaba pensando en preparar una nueva receta…
Así fue como, con una botella de vino en la mano, Lee Joon se plantó ante los apartamentos de sus amigos a media mañana. Tuvo que esperar al mayor de ellos por allí cerca y se metieron también por el garaje. Notó que sus manos temblaban a medida que se acercaban a la puerta de la casa.
Una vez dentro, fueron directamente hasta la cocina donde el más joven estaba con el delantal puesto y cocinando animadamente. Se dedicaron una inclinación mutua de saludo mientras Yoseob guardaba la bebida en la nevera y a continuación le enseñaba el resto de la casa.
Se sentaron alrededor de la mesa media hora más tarde. Kikwang estaba totalmente ilusionado, con su eterna sonrisa que volvía sus ojos en dos líneas rectas. A Joon le gustaba verle sonreír.
Comenzaron a comer ante las explicaciones del chico de qué era cada plato, aunque en realidad no había ninguna dificultad para saberlo tal y como le hizo saber finalmente Yoseob. En contra de lo que se pensaba Joon, al final pudo comer bastante tranquilo e incluso bromeó como los otros dos, sintiendo cada vez que la presión era menor. Cuando terminaron de comer, recogieron y limpiaron, alguno de ellos propuso ir a algún lugar a distraerse. Ganó una sala de juegos que había abierto por allí cerca y se dirigieron allí pensando que al ser entre semana, tampoco estaría demasiado lleno. Así fue al principio, pudieron jugar sin sentir la presión de las miradas sobre ellos porque las personas que se encontraban allí estaban distraídas con sus propios juegos, no obstante a medida que pasó el tiempo, comenzaron a llegar jóvenes escaqueándose de las clases. Jóvenes chicas que en sí se les intentaron acercar por parecerles atractivos desde lejos, y que tuvieron que esquivar como pudieron antes de ser descubiertos.
-Vamos a dividirnos y encontrarnos en la calle de allí abajo.-señaló Kikwang, dándose cuenta de que no iban a poder mantenerse en secreto mucho más tiempo. Los otros dos asintieron. Era agobiante tener que estar escondiéndose siempre, aunque debían reconocer que a su vez era ciertamente divertido.
Se separaron de inmediato, dirigiéndose cada uno por un lado. Joon quería rodear un par de máquinas antes de acercarse a la salida, no obstante un par de chicas le bloquearon el paso y se acercaron a él con sonrisas pícaras. El muchacho conocía a las mujeres, y esas no parecían dispuestas a rendirse, por mucho que él dijera que tenía prisa. Bajaba la mirada para que la gorra le cubriera mejor el rostro, e intentaba mantenerlas alejadas con las manos. Notó de repente un tirón de mano que lo desequilibró y se dio cuenta de que era Kikwang quien intentaba llevárselo consigo aunque fuera corriendo.
Así hicieron, salieron disparados escuchando gritos de las chicas que ya los habían reconocido. Sin poder encontrar ningún otro sitio donde meterse, Kikwang abrió la primera puerta que se le pasó en frente y entraron, chocándose contra algo. Para poder entrar antes de ser encontrados Joon se vio obligado a sentarse y Kikwang se quedó de pie frente a él, con las piernas abiertas subido donde fuera que él se había acomodado tras chocar.
Al principio les costó adaptarse, pero a los segundos sus ojos se acostumbraron. Estaban en un minúsculo cuarto de baño, seguramente el que debían usar los trabajadores. Aún no sabían cómo habían logrado meterse en él, y agradecieron en silencio que alguien se lo hubiera dejado abierto.
Joon movió despacio el brazo y cerró la puerta con un casi insonoro clack, para su suerte.
-No voy a aguantar mucho así.-señaló Kikwang en voz baja, quien estaba prácticamente sosteniéndose sobre una pierna pues por más que Joon juntara las suyas no había espacio suficiente. Además, debía retirar el rostro o la visión que tendría ante sus ojos podría ser ligeramente peligrosa.
-Tardarán en rendirse…-tras decir eso, pudo notar cómo Kikwang bajaba lentamente y se sentaba sobre él, quedando cara con cara.
-Lo siento-musitó el otro joven. Estaba tan cerca que le respiraba sobre la cara. Pero el problema no era solo ese. De la manera en la que se había tenido que sentar, sus entrepiernas estaban juntas y al mínimo movimiento se frotaban. Joon no sabía dónde poner las manos, y optó por dejarlas colgando a ambos lados del cuerpo justo cuando el otro dejó caer la cabeza sobre su hombro y apoyó las suyas propias en las rodillas de Joon-. Si nos pillan así será… comprometido.
Inocentemente, había esperado ser el único en estar pensando que aquella situación era ciertamente vergonzosa. Maldita sea, le estaba gustando.
-¿Puedes aguantar un poco más así, Lee Joon-sshi?-le susurró, golpeándole con el aliento fresco y húmedo en la piel del cuello. Se estremeció sin poder evitarlo, pues lo tenía tan cerca que al mover ligeramente la cabeza le rozó con sus grandes y apetitosos labios.
Aunque no le viera el rostro y sólo tuviera percepción desde su nuca, tenía grabada a fuego cada una de las facciones de su cara.
Kikwang arrastró las manos que tenía en las rodillas de Joon, arrancándole un profundo suspiro sin que pudiera retenerlo.
-¿Estás bien? ¿Peso mucho?-se vio incapaz de responder, suficiente concentrado en no dejarse llevar por el momento y violarlo allí mismo.
Concentración… necesitaba concentración… Dios, pero la respiración del otro sobre él no ayudaba… ¿y por qué no dejaba de moverse? Notaba que el pantalón cada vez le apretaba más.
-No… no pesas…-dijo con voz queda, asustando al otro quien volvió a moverse, sacando las manos de sus piernas y colocando el rostro nuevamente ante el de él.
-¿Seguro? ¿Estás bien? Maldita sea, ¿quién puede hacer sus necesidades en algo tan pequeño?-se quejó, mirando hacia los lados- ¿Quieres que me ponga de pie otra vez o…?
-Así está bien… no se oyen voces ya. Quizá podamos salir.
-Sí.-no, no, no, no, ¿¿por qué quería salir??
Joon todavía sentía las piernas temblándole cuando se encontraron con Yoseob. Kikwang se disculpó una y mil veces creyendo que era a causa del cansancio, y ambos optaron por no explicarle la embarazosa situación al otro muchacho y decirle que simplemente se habían visto en apuros y que por eso habían tardado tanto.
El mayor se preguntó en su interior si tendría que dar las gracias a algún Dios, porque sus deseos habían estado escuchados mucho más allá de lo que él había imaginado.
Los días volvieron a la normalidad, aunque en su cabeza solo había una imagen y una sensación. Se dio cuenta que antes de tener nada deseaba menos, pero una vez había tenido tan cerca al otro chico necesitaba recibir más de él. No podía frenar ya sus instintos, ¿cómo iba a poder soportar aquello?
Hacía una semana entera que no le había visto, pero aquella tarde volverían a encontrarse en el programa, donde a pesar de que le dijeron un mes finalmente habían cogido a Kikwang como fijo.
Nada más llegar vio cómo le saludaba a través del cristal mientras le maquillaban y sólo se vio capaz de dedicarle una sonrisa tímida.
Se dirigió a su propio sitio y dejó que le arreglaran, rogando porque tardaran lo suficiente para no tener que intercambiar palabras con el otro muchacho. No fue así, y cuando quiso darse cuenta estaba al lado de Kikwang quien le propuso algo que le dejó totalmente fuera de lugar:
-¿Te gustaría ir a la playa luego?
-Esto… estamos en otoño…
-¡Es solo para verla! Este año no he podido ni acercarme a ella y los demás no me quieren acompañar.
Tenía que negarse.
Tenía que hacerlo, pero… ¿No podía ayudarle dejando de dirigirle aquella mirada lastimera?
-Está…bien-Kiwkang se puso en pie de un salto y le agarró ambas manos con agradecimiento, forzándole a levantarse mientras él saltaba-. Estoy por hacerte el baile americano…
-¡No, no hace falta!- sí, sí hacía falta.
El programa pasó sin demasiados problemas, como siempre hubo muchas risas y roces inocentes de manos y brazos, que igualmente le llevaban a la desesperación. Seguía preguntándose cómo aguantaría más aquella maldita presión, ¿y por qué había cavado su propia tumba para aquella tarde?
Armados con unas gorras y mascarillas después de despedirse del resto de compañeros, se dirigieron al metro. Era hora punta así que se estaban arriesgando bastante, pero por suerte no había muchos estudiantes alrededor quienes eran los que seguramente más fácilmente le reconocerían.
De un salto se metieron en un vagón y comenzaron a ser llevados por la ola de gentío hasta un rincón del mismo, Kikwang quedó pegado contra una de las paredes y Joon frente a él, apoyándose en dicha pared para no aplastarle.
-¿Estás bien?
-Bue…no…-musitó Joon, sintiendo que la presión estaba pudiendo con él. No pudo resistirse más y cuando se dio cuenta, su pecho estaba aplastando el del otro chico. Como todavía no hacía demasiado frío para ir muy abrigados notó el movimiento de su pecho subiendo y bajando, mientras que su propia respiración se cortó.
-Ja…-logró decir finalmente Kikwang, que también se vio sorprendido por el repentino apretón- ¿Te estás vengando por lo del otro día?
-Lo siento…-Joon se encogió de hombros. La gente apretaba contra su cuerpo y aún estaba rodeando el de Kikwang manteniendo las manos apoyadas a su espalda, para al menos proteger con los codos los flancos. Le ayudaba el ser algunos centímetros más alto que él para cubrirle.
-Está bien…gracias.-el más joven señaló con la cabeza uno de los brazos y le sonrió. La mascarilla cubría su boca y la gorra sus ojos pero de algún modo, supo que le había sonreído.
-Ya me cobraré.-intentó bromear.
-¿En carnes?-la pregunta fue hecha tan en voz baja, que Joon lo adjudicó totalmente a una respuesta ideada por su imaginación y se mantuvo en silencio. A medida que pasaban las estaciones e iba oscureciendo, sus cuerpos iban separándose y finalmente hasta pudieron sentarse antes de llegar a su destino.
-¡¡Uaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!-Kikwang se plantó ante el agua y abrió los brazos como intentando abarcarla, completamente feliz. El aire comenzaba a refrescar y ya era de noche, sin embargo parecía no tener en cuenta aquellos factores. Se estuvo un rato admirando el agua, mientras Joon hacía lo propio con su figura de espaldas y se preguntaba cómo regresarían y a qué hora- ¡¡Únete a mí!!-le propuso repentinamente, comenzando a desnudarse y metiéndose solamente con la ropa interior en el agua. Al verle Joon abrió mucho los ojos y sin poder resistirse acabó imitándolo, llevado por la tentación y por la diversión a partes iguales.
El agua estaba sorprendentemente templada y cuando quisieron darse cuenta estaban totalmente sumergidos en ella. Jugaron como infantes mojándose el uno al otro y haciéndose aguadillas, ganando casi siempre Kikwang.
-¿Lo estás disfrutando?-le preguntó. Joon comenzó a reír con fuerza y asintió a la pregunta- Me alegro mucho, de verdad.-de repente, el ambiente comenzó a tensarse.
-Sería hora de…ir volviendo, ¿no?
-En realidad no. Yo…hablé con mi compañía, y con G.O. también. Le dijo a vuestro manager que regresarías mañana por la mañana.
-¿Có…cómo?
-No te enfades. Tómalo como una noche para disfrutar.
¿Estaban sus oídos escuchando correctamente?
-¿Por qué has hecho eso?
-Porque… quería pasar un rato contigo.-agua, debía de tener las orejas y el cerebro llenos de agua. No encontraba otra respuesta a las cosas que llevaba escuchando todo el día por parte de Kikwang. Antes de que pudiera reaccionar y como defendiéndose, el chico le lanzó agua y Joon tuvo que seguirle el juego, aparcando momentáneamente las dudas dentro de él.
Se dejaron caer sobre la arena, cansados y empapados. Sus cuerpos desnudos y mojados se llenaron de arena, pero Joon no dudó en ponerse los pantalones para evitar que Kikwang reparase en cierto aspecto de él. Éste también se puso los pantalones.
-Va a picar.-advirtió, refiriéndose a la arena.
-Ya nos rascaremos…-Joon evitó mirarle. El agua resbalaba por cada parte de él. Por los oscuros cabellos que se pegaban a su pequeña cara, contorneándola, cayendo las gotas sobre las pestañas de sus ojos y de ahí hasta sus grandes labios. Bañaban el cuello y lamían la clavícula y los hombros, bailando más adelante por el pectoral cuadrado y el cuerpo bien formado. Era un espectáculo digno como un manjar de dioses y Joon tenía que resistir la necesidad de probarlo.
No tenían lugar donde quedarse, así que fueron caminando hasta encontrar el balneario más cercano. Cuando Joon fue a pagar Kikwang se negó, diciendo que él le había metido en aquella aventura y que era su deber invitarlo.
Se cambiaron, metiéndose en una de las saldas de aire caliente para que se les secara la ropa interior totalmente empapada. Era realmente sofocante. Se tumbaron en el suelo con las gotas de sudor resbalando por la frente.
-Luego toca comer huevos cocidos.-comentó Kikwang, levantándose-. Nunca se me ha dado bien estarme en estos sitos.
-Venga, unos minutos más.- Joon necesitaba que algo calmara su mente y su cuerpo. Así estuvieron un poco más, ya continuación fueron a por los huevos cocidos. Por suerte no había demasiada gente, pues una gran parte ya se había ido a dormir. Cogiern cada uno un huevo y lo soplaron, mirándose fijamente-. Uno, dos y… ¡tres!-se rompieron los huevos el uno en la cabeza del otro y se los comieron. Realmente era como regresar a la infancia, pasándoselo bien con un compañero de clase.
Siguieron comiendo un poco más y finalmente fueron a dormir, con la cabeza totalmente fuera de los huecos donde se habían metido y el cuerpo dentro, manteniéndolo en calor.
-Ha sido muy divertido-Kikwang sonrió dulcemente. Joon le devolvió el gesto, dándole la razón-. Me gustaría que el día no tuviera que acabar, o que mañana no tuviéramos que volver a la rutina.-bostezó.
-Algún día lo repetiremos. Buenas noches.
-Buenas noches.-Kikwang cerró los ojos primero. Joon lo hizo a continuación con esa imagen grabada en su cerebro.
Notó algo acariciándole la mejilla y quiso apartarlo de sí moviendo ligeramente la cabeza. Esta vez fue en la nariz donde encontró la molestia y se obligó a abrir un ojo para ver qué era. Resultó ser la mano de Kikwang. El muchacho había dejado medio cuerpo fuera y estaba metiéndole el sin querer el dedo en la nariz. Aguantándose la explosión de risa se enderezó y acomodó a Kikwang, dándose cuenta de que tenía que despertarle al ver la hora que era. Se vistieron a toda prisa y corrieron a correr el metro que les llevaría de vuelta a la vida normal.
Después de aquella noche de fantasía, los días volvieron a pasar con normalidad. Joon no podía creerse las cosas que había vivido en las últimas semanas relacionadas con Kikwang. Además, su amistad había crecido, era fácil verlo en la manera de saludarse chocando las manos, o las sonrisas intercambiadas.
La noticia le llegó aquella tarde. Se lo contó Yoseob. Al parecer debido a que su compañero iba a comenzar otro drama no tendría tiempo para el programa y aquella sería la última vez en que aparecería. Joon tuvo que resistir las ganas de salir corriendo a buscarle y preguntarle qué significaba aquello, pero no le hizo falta porque se lo encontró saliendo de una habitación. Faltaba una hora para el programa, sin embargo él ya estaba preparado. Yoseob se despidió y se metió en el mismo sitio donde su compañero había salido.
-Te has enterado, ¿verdad?
-Igualmente iba a enterarme esta tarde… ¿Por qué no me lo habías dicho?
-¿Estás enfadado? ¿Por qué?-había algo extraño en la voz de Kikwang. No sabría decir qué, pero en vez de mostrarse inocente y simpático como siempre un matiz ansioso se dejaba entrever entre sus palabras- Dime, ¿harás algo?
-No te entiendo…
-¡Maldita sea! Ya no sé cómo insinuártelo más. Sígueme-le ordenó. Joon fue a negarse, todavía tenían que arreglarle para el programa-. Serán unos minutos-le aseguró el otro chico. Sin poder negarse nuevamente fue tras él. Se detuvieron ante unos servicios, lo cual lo descolocó-. Este será un buen sitio.-Kikwang sonrió y entró, seguido por él mismo. Antes casi de que la puerta se hubiera cerrado, sintió el tirón y cómo Kikwang lo metía en uno de los lavabos, cerrándolo tras de sí.
-¿Pero qué…?-intentó preguntar en vano. El otro muchacho le empujó obligándole a sentarse y antes de poder reaccionar sintió el dulce placer de sus labios arrebatándole un poderoso beso. Antes de poder reaccionar y saborearlo gustosamente Kikwang se separó de él.
-He intentado decírtelo de mil maneras posibles, pero no hay modo de que te des cuenta. Hoy era es mi última oportunidad. Iba a esperar a después del programa, porque ahora mismo aunque esté ardiendo no podemos hacer nada, pero… no puedo más.
-¿Có… cómo?
-Tan corto como siempre-la sonrisa de Kikwang se hizo extrañamente peligrosa-. Debes de ser el único que no ha notado que la tensión sensual entre nosotros es demasiado grande-volvió a besarlo, más rápidamente y feroz que la vez anterior. El cerebro de Joon todavía no reaccionaba ante lo que sus oídos estaban escuchando y su piel sintiendo. El otro chico no lo soportó más y se le sentó encima, recreando un momento que vivieron en el pasado-. Ya no tienes por qué resistirte. Ah, te dije que te pegaría en carnes pero hasta después del programa no podrá ser.-dijo, mientras le desabrochaba la camisa. Se la quitó despacio, excitándolo ante el resbalar de la tela por sus propios brazos. Ahora cada caricia podía encender cada poro de su piel.
-Lo sabías.
-Desde el principio.
-Me has hecho sufrir…
-Ha sido divertido.-Kikwang le besó el cuello. Bajó por la clavícula, fue al brazo. Le mordió el labio sensualmente. Todo aquello sin dejar de moverse sobre él.
-Si sigues así… no podré… asistir al programa.-gimió Joon, con el aliento perdido. Sus palabras hicieron reaccionar al más joven, quien se había perdido en el placer de sus cuerpos.
-Maldita sea. Tuve que aguantarme en aquel lavabo, porque todavía me estaba asegurando. Tuve que aguantarme en la playa, pero la reacción de tu cuerpo lo dijo todo… ¡y ahora a seguir aguantando!
-¡Ni que fueras el único! Dios, Kikwang, no aguanto más…-con esas palabras consiguió que el otro se le saliera de encima y le agarró las muñecas con la cabeza gacha, intentando relajarse. Respiración, corazón…
-¿Entonces, luego seguimos con esto?-Joon no respondió, pero Kikwang le agarró el cabello y le obligó a retirar la cabeza hacia atrás. Esta vez el encuentro entre sus bocas fue tan feroz que de haberse tratado de un rayo, la tierra se hubiera dividido en dos.
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Maknae, que sepas que te voy a matar cabrita. Vamos a ver, nos pones la miel en los labios para dejarnos así. Eso no se hace, tendrías que habernos dado un 14 B entre esos dos para pasárnoslo en grande.
ResponderEliminarDios, menuda tensión, me encantó cómo lo hiciste pero eso de que no lleguen a finalizarlo, joder, eso no se hace, no los puedes dejar con las ganas, sobre todo a KiKwang, que el pobre ya no sabía qué hacer hasta que se lanza porque el otro sigue siendo tonto el pobre. Aunque en la sauna podría haber aprovechado un poco más y en la playa, pues ya que estaban solos, hala, lanzarse a por él y ya sabes. Joder, las horas que son y yo con la imaginación a más no poder.
Pues eso nena, que lo disfruté pero me quedé con las ganas de verlos a los dos juntos.
asghdsfgasdasgfasdasdasd Noo ;OOOOOOOO; como dejas asi el fic(?), fue mono el fic<3 aunque me gusto el desarrollo lento, me hubiera gustado saber que pasaba después de eso(?), me leeré mas fics por aquí 8D
ResponderEliminarFighting ~
quierooo mas fics de ellos me ha encantado este <3
ResponderEliminarcomo dice Hana me gustaría saber que pasa después de eso, me he quedado con ganas de mas. Pareja Joon x Kikwang la adoro >_< gracias por escribir vuestros maravillosos fics seguir así <3<3 ahora voy a seguir leyendo mas fics por aquí :D Soy Desi^^