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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Nappeum Namja 08

Título: Nappeun Namja
Autora: Jeannelok
Grupo: Mblaq
Género: ¿Thriller? XD
Rating: +16 (por si acaso se me va la pinza)
Comentarios: En este fic Mblaq no es un grupo famoso. Es una banda que toca en locales y tal, así que obviamente los chicos NO son ídolos.


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Mir no estaba grave. El veneno no era muy fuerte y con una limpieza de estómago pudieron ponerle a salvo. La policía había ido allí, sin embargo la familia había decidido no pedir ninguna investigación porque todos habían llegado a la conclusión de que se trataba de una anti-fan, y que era culpa del muchacho por comer cosas que no sabía de dónde provenían.
Joon solo estuvo un rato en el cuarto del hospital con su amigo, aliviado al verle reír tranquilamente, culpándose de ser tan despreocupado. Sin embargo, esperó fuera un rato a que saliera uno de sus padres, siendo el hombre el primero en hacerlo. Se le acercó y le saludó nuevamente, preguntándose si tenía alguno de los caramelos.

-Se los ha llevado la policía…

-¿No tiene ni aunque sea una…?

-Quizá… en casa quedan, se cayeron unas pocas, ¿pero qué importa eso?

-Nada… solo… curiosidad. Mañana iré a visitar a Mir, por favor guárdeme una aunque sea para verla. Por hoy me marcho.

-Gracias por venir.

Estaba seguro que de saber que él era el culpable de todo lo que estaba sucediendo, no le estaría tan agradecido. Ahora le quedaba esperarse hasta el día siguiente para confirmar unas sospechas que en realidad sabía que ya eran ciertas.
Todo aquello lo estaba haciendo alguien que les conocía muy bien a los cuatro, y aunque a su mente solo acudiera una persona, sabía que era imposible que ella fuera la culpable.
Pero el oso… las estrellas…
¿Quién más tendría deseos de vengarse, a parte de ella?

Al día siguiente, tal y como prometió, se dirigió a casa de su amigo por la tarde para visitarle y aprovechar a cerciorarse de que las estrellas eran las que él se imaginaba. Cuando llegó el joven estaba sentado en el suelo de su cuarto jugando con la consola animadamente, y le hizo sitio a un lado para que se le uniera. Joon no pudo rechazar la oferta, perdiendo tres partidas de las cuatro que empezaron, y la última había sido en realidad un empate.

-¿Estoy convaleciente y encima juego mejor que tú?-Joon se encogió de hombros-Nunca serás bueno en ningún tipo de juego…

-Nunca digas nunca- arqueó una ceja antes de ponerse serio-. Mir, colega, ¿te dijo tu padre que quiero ver alguna de esas estrellas, verdad?

-Sí… no te había dicho nada porque pensaba que simplemente tenías curiosidad y ya se te había olvidado.-se levantó y abrió un cajón de su mesita, estirándole la mano con un par de ellas en la palma.
Lo sabía, y a pesar de todo sintió el color abandonarle el rostro y un chasquido resonar en su cabeza. Miró a Mir, de nuevo las chucherías y finalmente apartó la vista.

-Tíralas. Tíralas.-suplicó prácticamente.

Cuando salió un par de horas más tarde de casa de su amigo, llamó a G.O. y Thunder quienes ya le habían ido a ver por la mañana y les pidió reunirse con urgencia en su casa. Allí estaban esperándole cuando llegó.

-Sé que os he asustado, pero creedme no lo he hecho por nada. Veréis… uff…-estaban sentados en el suelo alrededor de la mesa, y apoyó la frente en la mano que se mantenía en el aire gracias al codo sobre una rodilla. Se quedó en aquella postura de estatua durante unos segundos, hasta que fue capaz de reaccionar.

-¿Qué sucede?-G.O. habló con voz tensa, entendiendo que realmente el tema que quería sacar su amigo debía de ser serio.

-Veréis, lo de estos días… lo de Seungho, lo de Mir… no han sido accidentes. Ha sido todo por mi culpa.

-¿Perdona?-los ojos de sus amigos se abrieron desmesuradamente y Joon sintió una fría y asquerosa mano entrometerse en sus entrañas buscando su estómago para estrujarlo. Hizo acopio de fuerzas.

-Yo… hay algo sobre mí que no os he contado. Algo que quería mantener oculto y que solo Soo Ra sabía… pero ella… ella ya nunca podrá decírselo a nadie, porque… hace unos días, se suicidó.

-¿Cómo? ¡Hyung! No nos dijiste nada.-Thunder se acercó a él y apoyó la mano en su espalda, intentando transmitirle algo de apoyo moral de aquella manera. Joon le dedicó una triste y cansada sonrisa.

-Qué es Joon, qué hiciste…-levantó el rostro hacia el interrogante y serio G.O. y tomó aire para llenarse los pulmones. Él había entendido que incluso la muerte de su amiga estaba relacionada con lo que sucedió en el pasado y que palabras de ánimo y lamentos por la pérdida no iban a ayudar para nada en la situación.

-Cuando era un niño… a uno de mis mejores amigos… le maté.-finalmente les contó a dos de sus mejores amigos aquello que durante tanto tiempo había decidido no mencionar jamás. Les habló de Young Seung, de su novia Suk Eun y de Soo Ra cuando era una niña guapa y alegre.
De lo genial que era su hyung, y lo bien que le cuidaban sus dos noonas. De cuánto se querían entre ellos y la amistad tan fuerte que habían forzado a pesar de su juventud. De cómo un juego de niños, donde solo querían probar la pistola del padre de Young Seung que era policía, se había convertido en una película de terror en cuestión de segundos.
Tanto G.O. como Thunder escucharon serios y en silencio, el joven sin apartar la mano que había apoyado en él. No parecían estar juzgándole, simplemente mostraban interés por saber qué tenía por decir, puntualizar la relación entre lo que explicaba y lo que le había pasado a las tres víctimas.
Sin embargo no tuvo que decir nada más, fue el mayor de los tres quien juntó las piezas. Estaba claro que alguien del pasado regresaba para vengarse, y posiblemente los siguientes en padecer las consecuencias fuera uno de ellos, o Min Young.
Les pidió que se vigilaran mutuamente, porque él tendría que cuidar de ella, pero que sin embargo haría todo lo posible por encontrar al culpable antes de que siguiera haciendo daño a las personas que más quería.
¿Quería una disculpa? Se disculparía, ¿quería verle humillado? Se humillaría, ¿quería verle entre rejas? Pediría que le dejasen meterse en una prisión. Sin embargo, para cumplir su palabra primer tenía que descubrir quién era el culpable.
Cuando se despidieron de G.O. y le deseó buenas noches a su compañero de piso ya sabía qué debía hacer al día siguiente. Seguía pensando que era imposible, y sin embargo a su vez estaba claro que la pieza clave de todo aquello era ella.
Debía ir a  visitar a Suk Eun.

El autobús se detuvo justo en frente del centro. Estaba apartado de la ciudad para beneficio de los pacientes, sin embargo pasaban bastantes autobuses para llegar hasta allí.
Eran las cinco de la tarde y había internos jugando en el exterior con enfermeras, otros paseando y otros, simplemente, estaban allí.
Solo había ido allí una vez. No pudo soportarlo y por eso, a pesar de las ganas que tenía y el deseo que le invadía de ir a verla, saludarla y abrazarla, se resistía. Porque sabía que ni su mente ni su corazón podían soportar ver que la muchacha, tan jovial, simpática, divertida e inteligente que había sido en el pasado, era ya solo una sombra desquiciada por culpa suya.
Preguntó por ella en recepción y le guiaron hasta su cuarto, pues al parecer la muchacha estaba tomando la merienda.
Apretó los puños con fuerza mientras le abrían la puerta para dejarle pasar. Y la vio.
Estaba sentada sobre la cama, jugando con una cuchara y pringada de comida. Podía alimentarse sola, según le estaba explicando la enfermera que a duras penas era capaz de escuchar, sin embargo tendía a montar aquel tipo de jaleos cuando lo hacía.
Joon se quedó finalmente a solas con ella, con la advertencia de que no debía alterarla.
Había esperado encontrarse Suk Eun desmejorada, y sin embargo la joven tenía una bonita piel y una agradable sonrisa. Su cabello estaba cortado por encima de los hombros y sus ojos se movían imparables observando hacia todos lados.

-Noona, he venido a verte, ¿me recuerdas? Yo…

-Noona, he venido a verte…-se echó a reír- Noona, noona, he venido…-de repente se quedó callada, mirándolo, y soltó el cubierto, haciendo que el suelo se ensuciara con su merienda- Noona…noona… ¿Joon?-se puso en pie de un salto y se acercó a él, alargando el brazo tímidamente, temiendo tocarlo. El joven notó los ojos escocerle.

-¿Sabes quién soy?

-Joon…Joonie…Joon…¿¿Dónde está Young Seung?? Dijo que vendría a buscarme, ¿te gusta el vestido nuevo que me he comprado? –dio una vuelta sobre sí- En realidad espero que a él le guste, ¿estoy guapa, Joon?

-Estás preciosa, noona…

-Él me quiere, ¿sabes? Pero el peluche… ¿y mi peluche? ¡Se llevaron mi peluche!

-¿Quién, quién se lo llevó?

-¡Se lo llevaron! Y no lo volví a ver… ¿Y Young Seung?-de repente su cara se descompuso, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos- ¿¡Han dicho algo de su estado!? ¡¡¿Por qué tuviste que apretar el gatillo?!! ¡Era un juego, un maldito juego!-se alejó de él, atemorizada. Llegó hasta la pared y se encaramó a ella como si fuera capaz de escalarla.

-Yo no…

-Era un juego, un sangriento juego, con su muerte… ¿y mi peluche? Ojalá a Young Seung le guste mi vestido…-de repente se quedó tranquila, y sus hombros comenzaron a temblar.

Joon se ahogaba. Necesitaba a Soo Ra, seguro que ella hubiera sabido cómo manejar la situación.
Necesitaba a Min Young… siempre la necesitaba.
¿Qué iba a hacer él solo? Era un maldito cobarde, un asesino, un despojo humano…
Quiso recordar los buenos momentos para transmitirle tranquilidad, una sensación de felicidad, y sin embargo lo único que consiguió es que de repente comenzase a gritar. A gritar como lo hizo en el pasado, gritar por su novio mientras la vida se le escapaba en un suspiro.
No tardaron en ir a ver qué sucedía y sacarlo fuera. Fueron a amonestarle, y sin embargo le vieron tan maltrecho que simplemente le pidieron que volviera a su casa.
Fuera llovía. O quizá eran las lágrimas en sus ojos que le impedían ver con claridad el paisaje.

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2 comentarios:

  1. Madre mía, menudo capítulo más desesperanzador nena. Anda que ese infierno está casi acabando con él pero espero que resista y que acabe bien y no en tragedia griega.

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  2. Oyesss, como una regadera los cuatro amiguitos, y desde bien pequeños.

    ¿Un juego una pistola?

    ¿Jalarle la bola al más peque para que fuera el que disparara? Oh, sí, buenísimo tanto el hyung como las noonas. Más guays...

    Anda ya, y encima el tontuelo de Joon sintiéndose culpable.

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