Only you 02

Título:Only you
Autora: Sra_Patatachona (Kamji)
Grupo:2PM
Género:Romanticobaboso con serrrsooo
Couple/s: Taec and desconocida XD
Rating: +18
Comentario:Aunque empecé este fic antes que Fuera de lugar me decidí a comenzar a publicarlo después ¿why? ummm no sé supongo que siempre tira más el patato :P
Disfrutad de este fic :DDDDDD

TAECYEON

Había comenzado el día de trabajo, las horas extras me tenían muerta, pero era dinero y me hacía bastante falta, un solo sueldo para dos personas no daba mucho de si, aunque mi abuela y yo no teníamos muchos gastos, sino fuera por las horas extras no sabía como llegaríamos a final de mes.

El caso era que me encontraba cansada… mucho, y no ayudaba el nuevo ingreso que habíamos tenido en el hospital, aquel chico de la habitación 207 que no dejaba de llamar al timbre, para incordiarme con sus peticiones absurdas. Me habían dicho que tuviera especial cuidado con el trato hacia el porque era un idol muy conocido, yo no tenía ni idea de quien era él, no tenía tiempo para esas absurdeces, además parecía querer molestarme continuamente… era un engreído que quería reírse de mi y no soportaba a ese tipo de personas que jugaban con el resto.

Comenzaron la visitas con el doctor y entonces llegamos a aquella fastidiosa habitación, según entramos  me sorprendió verle dormido, solo le había visto despierto y molestando, parecía otra persona, hasta agradable, pero en cuanto abrió los ojos y nos vió una sonrisa guasona inundó su rostro haciéndome olvidar el sentimiento de calma que me había dado hacía medio segundo.

-Buenos días señor Taecyeon- dijo el doctor amablemente y peloteando, como hacía con todos los ingresos de personas famosas que había en el hospital, lo odiaba- ¿cómo nos encontramos hoy? ¿ha sentido muchas molestias en el brazo?.

-No, realmente la medicación que me están dando hace que no duela tanto- dijo alegremente con esa sonrisa tan detestable.

El doctor comenzó a revisarle el brazo y el me miró guiñándome un ojo, esperando algún tipo de respuesta ¿qué esperaba de mi que me derritiera? Giré la cara para mirar a mis compañeras que estaban tontamente emocionadas, y no pude resoplar, el doctor entonces se dirigió a mi.

-Señorita Sora, debería de atender, esta es una de las habitaciones que le corresponde atender- dijo con el ceño fruncido.

-Perdone doctor- me mordí la lengua, me habían asignado a aquel fastidio de hombre cuando otras deseaban como locas atenderle… era totalmente injusto.

-El señor Taecyeon necesita atenciones de forma constante, además necesita recibir masajes varias veces al día y ayudarle a hacer estiramientos, es responsabilidad suya que se cumpla el tratamiento, espero no tener ninguna queja de usted.

Perfecto, me había caído el premio gordo con aquel tipo, le miré y su sonrisa no podía ser más amplia y molesta, sentí deseos de mandar a hacer puñetas a el doctor y a el, uno detrás del otro, pero no podía… así que se mordió la lengua y no dijo nada, era trabajo y no todo iba a ser como ella quería siempre… adoraba su oficio pero en ocasiones le tocaba lidiar con personas pesadas o que no le caían bien del todo, este era otro caso más, pasaría el tiempo, se recuperaría y ya no volvería a ver a ese chico molesto.

Así que a las once de la mañana me tocó ir a ver como estaba y a darle el tratamiento, cuando entré por la puerta el estaba sentado junto a la ventana mirando por ella, al notar que estaba allí se giró y me miró de inmediato, la sonrisa se le ensanchó.

-¿Ya estás aquí Sora?- dijo como si me conociera de toda la vida y se me repatearon las tripas, no soportaba la gente que cogía confianza con tanta facilidad, cuando ella no se la había dado…

-Buenos días- limité mis palabras a las justas- si no te importa siéntate en la cama.

-¿En la cama?- se carcajeó- me parece que vas muy deprisa…

-¿Qué qui… ¡¡¡¡¡OYE!!!! Aquí nadie ha dicho nada de… pero será posible el niñanato este!!- no podía creerlo, estaba poniéndome de los nervios, esas confianzas y ese tipo de bromas…

-Vale, vale, era una broma mujer- se sentó en la cama aguantándose la risa- no quería ofenderte, lo siento- dijo ya más serio.

-Remángate la camiseta del pijama que tengo que ver como tienes el brazo- dije sin mirarle a la cara e intentando controlarme.

-Sí, señorita enfermera- dijo serio intentando quitarse la chaqueta del pijama, pero no podía…- ummm creo que sino me ayudas… - ¿y qué iba a hacer?, pues nada… le ayudé a quitársela y se quedó con la camiseta interior, no pude evitar fijarme, el chico era odioso pero se notaba que se cuidaba, porque al mirarle los brazos y los hombros noté como me ponía roja involuntariamente… el me miró y sonrió, maldito engreído…

-Extiende el brazo sin forzarlo- tragué saliva intentando disimular, no quería darle el gusto de que viera mi vergüenza comencé a tocar el brazo buscando la zona dañada concentrada.

-Estás roja… ¿nunca habías tocado a un chico?- dijo intentando buscar mi mirada, pero yo le ignoré- ummm seguro que si… pero sigues estando roja… supongo que te da lo mismo, es tu trabajo- el seguía parloteando pero encontré el punto del pinzamiento y apreté ligeramente- AAAAAAAAAAAAAH!!!!!!!!!- chilló y me miró- ¿Eso tiene que doler tanto?

-Desde luego sino te estás quieto y no te callas… más dolerá.

-Sabes que si quiero puedo quejarme al médico ¿verdad?.

-¿Me estás amenazando?- dije retándole sabiendo que tenía toda la razón, si se enteraban se me caía el pelo.

-No… en realidad no…- se quedó pensativo- no se porque te caigo tan mal… no soy mal chico- dijo convencido.

-Me da igual que lo seas o no, solo me interesa mi trabajo, así que sino te importa… intento cumplir mis labores- y zanjé la conversación, el se quedó callado un rato dejándome por fin trabajar a gusto, pero parecía que le escocía callarse porque después de un rato volvió al ataque.

-Sora ¿qué edad tienes?

-No creo que te importe.

-Claro que si- dijo con felicidad - me importa… ¿qué edad tienes?

Le miré ya cansada de evitar la pregunta, a lo mejor así se callaba.

-20 años- dije sin importancia- y ahora déjame que termine.

-Entonces puedes llamarme oppa- dijo triunfal y le miré.

-No pienso hacer eso- dije tajante ¿quién se creía que era para tratarme así?

-¿Porqué no? Lo hacen todas las chicas… tu eres una chica… que yo sepa.

-Eres un enfermo del hospital, no puedo tratar con esas confianzas… aparte de que no quiero.

-Me llamas de tu…- dijo levantando  una ceja.

-Y no debería hacerlo, pero me atacas los nervios- dije ya por fin quedándome a gusto y dejándole con la cara seria, al menos así sabría que no me gustaba un pelo y pararía.

Recogí las cosas para marcharme, estaba satisfecha había dejado las cosas claras y así al menos me dejaría trabajar a gusto, cuando estaba apunto de salir de la habitación el me llamó.

-Sora… no pienso dejar que me odies- dijo con una sonrisa en los labios- cerré la puerta, era como una mala pesadilla, no pensaba dejarme en paz…
Nunca había conocido a una persona más persistente con alguien desconocido… el tiempo iba a pasar muy lento hasta que se fuera.