Título: One Better Day
Autora: Jeannelok
Grupo: Mblaq
Género: Romance
Personaje Principal: Mir
Rating: Todos los públicos
Comentarios: Pues... un fic... de nuestro adorable Miru... espero que os guste ^^
-CAPÍTULO 2-
Llamó
y colgó al menos tres veces antes de decidirse a hacerlo en serio.
Tomó aire y escuchó el tono de llamada, hasta que finalmente la voz
le respondió al otro lado. Ha Eun sonaba mucho más relajada que el
día anterior. Sonrió para sí mismo al escucharla, contento con
ello. Se decidió a hablarle animadamente también, y cuando quiso
darse cuenta llevaban una hora enganchados al teléfono.
Ella
le había contado cómo al año de marcharse él, la familia decidió
regresar a Seúl pues su padre había encontrado otro trabajo. Las
cosas después se complicaron, pues su madre se enamoró de otro
hombre y se fue con él así que ella y su padre comenzaron a
intentar resolver los problemas como pudieron.
Luego
prefirió que él le contara cómo era su vida de famoso, el chico le
mencionó lo triste que se había quedado cuando fue a verla al
pueblo y ella ya no estaba, y que tampoco supieron darle un número
de contacto. Incluso le recordó que habían prometido cartearse y
que duraron unos meses, pero él comenzó a estar tan ocupado y a
dormir tan poco que al final esa promesa había quedado en nada.
Rieron,
dijeron bromas, también se pusieron serios. Fue una hora que se pasó
rápido, y quedaron para tomar algo al día siguiente, aunque ya le
advirtió que él no tenía demasiado tiempo.
La
grabación de la canción fue perfecta. Las fans gritaban
enloquecidas, aunque lastimosamente estuvieron a punto de llevarse un
premio y lo perdieron ante otro grupo. Sin embargo, estaban
acostumbrados a aquella situación y no pensaban decaer. Después
fueron a grabar un programa de variedades, del cual salió hecho
polvo de hacer el tonto y chillar. Aunque sabía que a la gente le
gustaba, realmente lo hacía sin querer, porque se ponía nervioso y
aquella era su manera de reaccionar.
Pero Mir
estaba cansado. Llevaba dos días seguidos grabando sin descanso.
Tenía ganas de tirarse sobre la cama y dormir durante al menos media
hora, sin embargo sabía que no podía ser.
Obviamente
no se iba a quejar a sus compañeros, quienes estaban quizá igual o
peor que él. Simplemente se dejaba llevar cuando comenzaban a
grabar se le iban todos los males y disfrutaba como el que más.
En ese
preciso momento llegaban a un estudio para grabar una sesión de
fotos. Cuál fue su sorpresa cuando al entrar y saludar a la gente,
vio que allí estaba Ha Eun. La chica sonrió ampliamente al verle y
corrió hacia él para saludarlo. Escuchó a sus amigos reírse por
lo bajo y bromear sobre su amiga, como abuelas cotillas, mientras él
los acuchillaba con la mirada.
-¿Qué
haces aquí?-le preguntó el muchacho, abriendo los ojos con
sorpresa.
-Voy a
trabajar de modelo…o algo así. No te lo dije el otro día al
teléfono porque no era seguro, lo siento… Fue el fotógrafo del
otro día, él me lo propuso…-podía entenderlo. Ha Eun no era una
chica preciosa o llamativa, pero sí sencilla, mona, agradable a la
vista. Había escuchado varias veces que a aquel fotógrafo le
gustaban aquel tipo de muchachas, pero que no solía hallarlas.
-¿Estás
segura de esto?
-Bueno, no
serán grandes trabajos pero…mientras me lo pidan y me pague, ya me
está bien.- fue a preguntarle si tanto necesitaba el dinero porque
aquel mundo era mucho más duro de lo que ella podría llegar a
imaginar, sin embargo prefirió ahorrárselo al ver su brillante
sonrisa.
Justo
en aquel momento le llamaron.
-Yo estoy en
el estudio 4.
-Yo en el 6,
¿quieres que tomemos algo al terminar?
-¿Puedes
hacer eso?-preguntó Ha Eun, retirándose detrás de la oreja un
mechón rebelde.
-Podríamos…bueno,
quizá la idea no te guste, pero vente con nuestro equipo a cenar
después y así nadie podrá soltar rumores extraños de ningún
tipo.
-Eh…pues
si os parece bien…
-¡Perfecto!
Cuando acabe te llamo, ¡espérame, eh!
Cuando
terminó la sesión la llamó inmediatamente. La chica le dijo que
estaba entada en una butaca frente a la puerta del estudio 4. Fue
corriendo a encontrarse con ella y la encontró tomando algo de agua.
-¿Hace
mucho que esperas?-le preguntó, saludándola con la mano.
-Bueno…-se
encogió de hombros-. Un poquito.
-… ¡Lo
siento!-claro, estúpido. No había pensado en la diferencia de horas
que había entre los dos. Ella le dijo que no pasaba nada y mientras
iban con los demás, le preguntó qué tal le había ido. Al llegar
se la presentó a sus amigos, aunque la recordaban de la sesión en
la cual apareció de repente, y se fueron todos juntos a cenar.
Ha Eun se
esforzaba por relacionare, pero seguía siendo tan tímida como
siempre e intentaba estar lo más cerca de Mir posible.
Llegaron al
restaurante, la rodilla de tocaba la de él cuando se sentaron. Se
dijo a sí miso que debía apartarse un poco y darle espacio a la
chica, pero la verdad era que no quería hacerlo.
Le gustaba
aquella sensación.
-¿Y
cuántos años tienes?-le preguntó G.O. de repente, clavando en ella
sus pequeños y oscuros ojos rasgados.
-Los
mismos…que Cheol Yong.
-¿Y
ya os conocíais?- respondió afirmativamente a Joon- ¿De
dónde?-hizo un movimiento de cabeza para recolocarse el flequillo
rojizo, interesado por la respuesta.
Sin duda,
eran abuelas cotilla.
-Viví en el
mismo pueblo que él un tiempo…
-M…Cheol
Yong se pone histérico cuando hay una chica alrededor-apuntó el
líder del grupo, Seungho, señalándolo con un cubierto, a su lado-,
pero a tu lado parece estar más relajado.-ella bajó la cabeza,
sonrojada.
-¿Queréis
dejar de atosigarla?- pidió el chico a final- No es mi única amiga
chica.
-Es la
primera que conocemos.-suspiró ante el comentario de Thunder, quien
solía mantenerse al margen de todo pero soltar las mejores frases.
Sin embargo se dieron por convencidos y siguieron comiendo y
dialogando entre ellos.
-…son
simpáticos. Parecen buena gente.-musitó ella. Mir sonrió.
-Sí, lo
son.
La llevaron
hasta casa. Su manager estuvo algo receloso al principio, no obstante
al conocerla un poco quedó encantado con ella y le dijo que a ver si
volvían a juntarse para cenar alguna otra vez.
Mientras la
veía alejarse, el chico sintió que tenía ganas de seguir
conversando con ella. Todavía le carcomía el por qué el día de su
reencuentro ella estaba totalmente desvalida y rota en lágrimas…
Después de
haber estado pensando en poder tener un momento de descanso, les
concedieron la tarde libre después del trabajo de por la mañana.
Decidió salir a pasear después de comer y llamar a Ha Eun para
hacer algo si tenía tiempo libre.
Por suerte
(o quizá por desgracia) generalmente no lo reconocían por la calle
así que no se preocupaba demasiado. Pero algunas veces, como
aquella, una persona gritaba su nombre y de repente le rodeaba un
grupo de chicas histéricas tomándole fotos, tocándolo y llamándolo
a voces.
No le
gustaba aquella situación. La entendía, pero era agobiante y sobre
todo, extraña.
La chica no
solían fijarse en él. Antes de ser famoso, sus amigas eran eso,
amigas, prácticamente hermanas, no podían verle como un chico.
Además, nunca había sido demasiado agraciado físicamente. Durante
su aprendizaje, ni siquiera tuvo tiempo de ver a nadie que no fueran
sus compañeros de grupo. Y en aquellos momentos, después de su
debut, le decían que era mono y simpático, pero… siempre se
fijaban más en los otros cuatro. No le importaba, demás hubiera
sido complicado en todo caso mantener una relación sentimental con
otra famosa.
Y sin
embargo, allí estaba, rodeado de una decena de chicas diciéndole lo
mucho que le querían y lo guapo que era.
Estaba
agradecido por eso, era una inyección de ego en su moral, pero a la
vez se sentía perdido y agobiado.
Además, no
le dejaban avanzar. Estaban obstruyendo el paso a otra gente. Fue a
pedirles que se tranquilizaran cuando se escuchó un alarido a sus
espaldas y un golpe seco. Se callaron todas, volviéndose a ver qué
sucedía. A unos metros se adivinaba alguien tumbado en el suelo. Fue
a acercarse, pero sintió que le agarraban la mano para sacarle de
entre las fans, ahora distraídas porque iban a socorrer a dicha
persona (acaso fueran a cotillear).
Le soltaron
cuando se hubo alejado de ellas y vio a un chico muy alto y de
hombros cuadrados, señalándole con la cabeza que lo siguiera y
echando a correr.
Entonces
entendió que era todo una farsa y le siguió. Sabía que era
peligroo hacerlo, mas era la mejor opción que tenía en aquellos
momentos.
Después de
varios minutos se detuvieron, jadeantes. Cuando ambos recuperaron un
poco el aliento se miraron y se echaron a reír.
-Gra…gracias.
-No es a mí
a quien debes agradecérselo-justo en aquel momento comenzó a sonar
el teléfono del desconocido y se lo señaló-. Es a ella- descolgó-.
Sí, sigue recto y…ajá. Te esperamos aquí.-y colgó.
El muchacho
tenía un acento raro al hablar, y le sacaba una cabeza de altura.
Estuvieron
esperándola en silencio un rato, intentando pasar inadvertidos de la
multitud para que no le reconocieran. Mir tenía ganas de preguntarle
su nombre, o al menos por qué le habían ayudado, pero al verla
llegar todo quedó claro.
-¡Qué,
pequeño! ¿Te ha gustado mi actuación?- sonriendo ampliamente, la
chica se acercó a ellos.
-Oh…ha
sido increíble. Gracias, Joo Ri noona.
-Qué
manía con lo de noona…-le reprochó en voz baja, revolviéndose el
corto cabello oscuro como la misma noche- No veáis qué gracia
cuando me he levantado… y he comenzado a decirles “ellos,
ellos querían llevarme a u planeta, pero no les he dejado”
y me he ido riendo como si estuviera mal de la cabeza.
-Eres
increíble- le dijo el chico desconocido-. Si que eres popular entre
las chicas, ¿no?
-Eh, aquí
donde lo ves, es el súper rapero de un famoso grupo de jovencitos.
-¿En serio?
Perdona chico, no estoy muy puesto en música coreana.
-Nació
en California, no escucha música de por aquí…-explicó la
chica-Por cierto, no sé si os habéis presentado. La súper estrella
del rap es Mir-aunque a otra persona se hubiera pensado que se estaba
burlando de él, el joven sabía que no era así-, el chico enorme
este es Jason. Encantados estáis de conoceros, lo sé.
-Estás
muy animada hoy.-le dijo a su amigo.
-Es la
primera vez que le veo fuera del trabajo. Y le he salvado la vida.
Ahora ya somos amigo, y no cliente-dependienta.
-Eres tonta.
-Y sé
que eso te encanta.-Mir los miraba como si fuera un partido de tenis,
y estalló en carcajada con aquello último.
-Íbamos al
cine dentro de un rato, ¿te apuntas?-le propuso Jason cuando dejó
de reírse.
-Yo…
¿puedo invitar a una amiga?
-Ya sabes lo
que dicen, ¡cuántos más seamos, más reiremos!
Una
hora más tarde, los cuatro estaban sentados en una sala de cine. Era
una situación de lo más extraña, pero a Mir le gustaba mucho
aquella sensación de quedar con amigos e ir todos juntos a ver una
película. Amablemente, Joo Ri y Jason habían ido a comprar las
entradas, palomitas y bebida mientras él y Ha Eun se quedaban
apartados para que no le reconocieran. Jason le había dejado su
sudadera, que le iba enorme, para que se tapara el rostro, por si
acaso.
La
película era una comedia. Ha Eun se reía suavemente a su lado,
mientras que a él se le contagiaban las entusiastas y fuertes
carcajadas de los otros dos.
Se
esperaron hasta que acabaron los créditos y todo el mundo salió de
la sala para irse también. Al marcharse y ser recibidos por el frío
helado de la noche, siguieron comentando la película animadamente.
-Yo me voy
por ese lado.-comentó Ha Eun en un cruce.
-Te
acompañamos hasta el metro.-propuso Jason amigablemente, y en su
fuero interno Mir se lo agradeció. Haberlo dicho por sí mismo le
sonaba brusco, y si le decía a la chica que la acompañaba temía
intimidarla. Además de que vivían en direcciones totalmente
opuestas.
Al principio
temió que las personalidades de unos contrastaran demasiado, pero el
grupo se llevó bien enseguida, y la chica pareció hacer muy buenas
migas con Jason, con quien charlaba en aquellos instantes mientras él
y Joo Ri se mantenían detrás.
-No estés
celoso-dijo de repente la chica. Cuando la miró extrañado, ella se
limitó a sonreír y mover la cabeza en dirección a los otros dos-.
A él posiblemente le gustes más tú que ella.
-Que le
gus…ah, vale. Entiendo.-afirmó también con la cabeza.
-Ah, pero es
un ejemplo. No creo que le gustes. Eres…demasiado aniñado para él.
Además de que ya tiene un gran amor.
-¿No pasa
nada porque me cuentes eso?
-¿Por qué?
Si total, seguro que él te lo cuenta en un rato. Va proclamando su
vida sentimental a los cuatro vientos. Quería sacarte algún tema,
porque íbamos en silencio.
-Vaya, así
que eres más simpática de lo que pensaba-ante el comentario, Joo Ri
le dedicó una mirada de reproche y le pisó un pie, marchándose con
los otros dos indignada- ¡Auch! ¡Eh, era broma!-dijo dando saltos
en un pie hasta ellos, avergonzado.
Despidieron
a la chica. Mir lo sabía por cuando la habían llevado, que la
salida del metro estaba a pocos pasos y no era demasiado tarde así
que no pasaría nada por dejarla sola. Comenzaron a caminar de nuevo
los tres para regresar cada uno a su hogar.
-Entonces,
¿vivís juntos?
-Así
es-respondió Jason-. Cuando Joo Ri llegó a Corea, sin dinero ni un
lugar donde quedarse, le propuse que viniera a mi casa.
-¿Sabías
Coreano?
-Sí.
No hablaba del todo bien pero mis padres me lo enseñaron antes de
morir-al escuchar eso Mir se quedó en silencio-. No te pongas así,
hace ya tres años desde eso.
-Y entonces,
te viniste aquí-asintió con la cabeza-, ¿por qué? Aunque seas
coreana, tu vida estaba allí…-llegados a ese punto, sus dos nuevos
amigos se observaron en silencio antes de volverse hacia él,
suspirar y responderle.
-Vine
a buscar a mi hermano. Por eso me reuní con Jason… la historia es
muy larga, así que te lo resumiré de momento-de repente, Mir sintió
que se metía en tierras movedizas que habría sido mejor no
remover-. Mi hermano se vino a Corea hace mucho tiempo, muchos años.
Conoció a Jason y bueno… se enamoraron. Todo iba bien, pero justo
unos meses antes de la muerte de mis padres… desapareció. Dejó de
llamarnos y enviarnos cartas, y Jason nos contactó para decirnos que
se había marchado sin decir nada a nadie. Y desde entonces, no
volvimos a saber nada de él.
-Y…
¿habéis tenido suerte?-le preguntó, sintiéndose estúpido al
hacerlo. Ella negó con la cabeza- ¿Y si no sigue en Corea?
-Es la
misma duda que teníamos nosotros pero… hace un año y medio,
comenzamos a recibir cartas suyas-le dijo el otro chico-. No hay
dirección alguna, y simplemente nos dice que está bien. El sello es
de aquí así que… en algún lado debe de Corea del Sur debe de
estar.
Mir
andaba solo por las calles después de despedirse de Joo Ri y Jason,
sin poder dejar de pensar en lo que le habían contado. La historia
de Ha Eun…la historia de Joo Ri… y él solo pensando en lo
cansado que se encontraba. Se sintió mal por eso, pues por suerte
tenía una familia a la cual adoraba y ellos también le querían a
él. Estaba haciendo su sueño realidad, recibía el amor de
muchísima gente… Se prometió a sí mismo ser más positivo de
entonces en adelante, y cuando estaba cerca de casa su teléfono
comenzó a sonar. Al sacarlo, en la pantalla brilló el nombre de Ha
Eun. Lo descolgó y la llamó, pero se escuchó algo de ruido y
ninguna voz. Iba a colgar pensando que quizá había apretado al
botón sin querer cuando finalmente se oyó a alguien hablar:
-Por favor…
vete de mi casa, no…
-¡Maldita
zorra! ¿No dijiste que harías lo que fuese? Me dejaste con el culo
al aire…no pienses que te vas a librar tan fácil de esta.-se
escuchó el sonido de algo rompiéndose.
-¡Pero me
mentiste! Yo no sabía que… el trabajo que querías darme…
-Me
prometiste darme todo lo que te pidiera, sin pensar en las
consecuencias…
-¡Y tú me
mentiste sobre una hermana enferma! ¡Sabes que lo quería hacer por
ella!
-¿Me tenías
pena?-se escuchó algo más, y el sollozo de Ha Eun, aterrada. Mir
corrió desesperado hasta casa. Debía despertar a Seungho y pedirle
que le llevara. En coche llegaría mucho más deprisa.
-¡Por
favor, te daré el dinero que he ganado hoy, pero vete de aquí!
-No me
hagas reír. Me dejaste mal delante de mis amigos y vas a pagar por
ello.-Mir colgó y llamó a la policía. Cuando le respondieron, les
pidió que fueran lo más rápidamente a casa de la chica y
finalmente alcanzó el cuarto de su amigo, despertándole y
suplicándole que le llevara también hasta allí.
Rezó porque
no le sucediera nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario