Forget about the Stars Capítulo 6

Título: Forget about the Stars
Autor/a: Go Eun Chan [고 은찬]
Grupo: Beast
Género: Romance, Angst, Yaoi
Couple: Junseung, Kiwoon
Rating: +13

-¿Qué quieres? –La voz de Hyunah sacó a Hyunseung de su ensimismamiento. 

-¿Crees que podríamos hablar? Tengo algo que decirte y estoy seguro de que quieres escucharlo –La voz de Hyunseung sonó más borde de lo que pretendía en un principio, pero esperaba poder arreglar las cosas con su amiga cara a cara. 

-Supongo que no tengo otro remedio si la «estrella» quiere verme. Nos vemos en una hora en el parque frente al estudio. –Hyunah colgó el teléfono sin darle a Hyunseung oportunidad a responder, pero el chico estaba contento de poder tener la oportunidad de arreglar las cosas con su amiga.

La energía positiva que emanaba de la cicatriz que se estaba formando en su pecho poco a poco le estaba dando la energía para hacer algo que debería haber hecho muchos años atrás y sin más se fue a prepararse para la importante charla que iba a tener después. En poco más de 45 minutos ya estaba listo y esperando a Hyunah. Sabía que ella no llegaría hasta un rato después pero prefería esperar y concienciarse de lo que iba a hacer, no quería que su cobardía asomase de nuevo y le impidiese ser justo. Después de un rato vio como Hyunah se acercaba, pero no venía sola, sus 4 amigas nuevas la acompañaban, aunque se quedaron a una distancia prudencial para que los dos pudieran hablar tranquilamente, aunque Hyunseung se sentía ligeramente observado y nervioso, pero no estaba dispuesto a dejar que el grupo le atemorizase. 

-Bueno, ya estoy aquí, espero que sea importante lo que tienes que decirme, estoy en medio de una cita con mis amigas –Hyunah no había mirado a su amigo a la cara desde que llegó y seguía mirando en otra dirección mientras le hablaba. 

-Esto…Creo que deberíamos hablar de lo que pasó el día del showcase, creo que ambos nos excedimos pero por una razón clara, Hyunah. Ambos sabemos a la perfección por qué pasó lo que pasó y es hora de enfrentarnos a la realidad de…

-¡Para! No quiero escucharlo, no quiero oír nada de lo que tengas que decir –Hyunah le miró de repente, con el miedo reflejado en los ojos, y cogió a Hyunseung del brazo –no puedes dejarme, Seungie, ¡no puedes! Sabes que haré una locura si lo haces. 

-¡Hyunah! ¡Tranquilízate! –Hyunseung se asustó por lo que su amiga acababa de decirle. ¿Le estaba amenazando con hacer alguna locura si la dejaba? –En serio, ¿dónde está la chica inocente y simpática con la que solía bromear cuando estábamos en el instituto? Empiezo a echarla de menos… -No pudo evitar agachar la mirada mientras lo decía, triste por la pérdida de su mejor amiga.

-¿Dónde está? ¡La has matado! Tu indiferencia mató a esa niña y yo soy lo que queda de ella, el caparazón es todo lo que has dejado. –la mirada de terror de Hyunah se vio sustituida por una de rencor, como si la chica pasase de un estado a otro con sólo apretar un botón, lo que conseguía que el chico estuviera cada vez más asustado de su amiga –Está bien, ¿quieres romper conmigo? ¿Crees que así serás justo y que yo volveré a ser la chica de antes? Tierra llamando a Seungie, esa chica está muerta y aunque rompas conmigo no volverá, pero supongo que a ti te vale con quitarme de en medio, así podrás seguir adelante con tu carrera sin tener que hacer caso de los daños colaterales. Pero que sepas que sé qué es lo que te pasa, te escudas en que lo haces por mí, pero en realidad es que no puedes superar tu oscuro pasado, no puedes superar las heridas que te hicieron y nunca podrás, siempre te perseguirán. Y ¿sabes qué? Te lo mereces, ¡te mereces no superar jamás tu pasado y perder a todos los que siguen a tu lado por ello! –Y con esto último Hyunah se fue corriendo, seguida de sus amigas.

Hyunseung se sentía desconcertado. Sabía mejor que nadie que su pasado era algo que le había perseguido durante años, toda su vida había estado condicionada por los sentimientos aferrados al pasado que contenía su corazón. Pero esta era la primera vez que alguien le decía que iba a perder a todos los que quería por ese pasado, y justo ahora que había empezado a dejarlo ir, ahora que había empezado a seguir adelante y a aceptar que ese pasado no iba a volver, la afirmación de Hyunah le había cogido por sorpresa y no sabía qué pensar. Los días siguientes pasaron sin grandes eventos, el número de actividades fuera del estudio se había reducido después de varias semanas y ahora se pasaba el día y la noche en el estudio de danza. El mini álbum ya estaba grabado y la actuación perfecta, pero el carácter perfeccionista de Hyunseung más la depresión en la que se había visto sumido los últimos días hacían que pasase día y noche ensayando, repitiendo e intentando mejorar lo inmejorable. 

Todos en la discográfica empezaban a preocuparse por su salud física y mental con el paso de los días, Kikwang había intentado hablar con él varias veces pero la única respuesta que obtenía del bailarín era que la coreografía aún no estaba perfecta, o que no estaba cansado y prefería estar en plena forma para el debut u otras excusas sin sentido. Pero en el fondo sabía perfectamente que era lo que afligía a su amigo y se le partía el corazón al pensar que ese estado de ánimo podía significar que se arrepentía de haber roto con Hyunah. Y no es que se hubiese alegrado cuando ambos dejaron la relación, ambos eran sus amigos y bien sabía que si Seungie estaba deprimido, Hyunah lo estaba aún más. Sabía de buena tinta que, a pesar de lo que pudiese haber dicho, ella quería al cantante con todo su corazón, le había querido desde que se conocieron. Pero no podía evitar sentir un rayo de esperanza en medio del pecho cuando pensaba en que Hyunseung estaba soltero de nuevo y quizás él podría tener una oportunidad de curarle el corazón. Pero aun así, su amigo no conseguía abrirse a él, era muy raro que Hyunseung hablase de sus sentimientos, pero Kikwang deseaba de verdad que pudiera ver a un amigo y confidente en él, a alguien en quien podía confiar sin importar qué. Pero a la décima excusa decidió que era hora de tomar medidas extremas y le pidió ayuda a Doojoon, ya que sabía que es el único que podía obligar a Hyunseung a descansar. 

Doojoon aceptó inmediatamente la petición del coreógrafo, conocía el estado físico de su cantante y sabía que estaba cerca del colapso. Aunque al principio no se le ocurría qué podía hacer para sacar de su depresión a Hyunseung, sabía que siempre se le había dado mejor la improvisación, por lo que se dirigió directamente al estudio de danza, donde sabía que estaría ensayando por millonésima vez la coreografía que ya le salía a la perfección. Cuando entró en el estudio le vio allí, respirando con dificultad, gotas de sudor cayéndole desde todas partes del cuerpo, moviéndose de forma extraña, como si todo el cuerpo le doliese. Sin mediar palabra, y mientras Hyunseung empezaba de nuevo, Doojoon se acercó al equipo de música y lo apagó, ganándose una mirada extraña por parte de su pupilo. El mánager se dirigió directamente al sillón al fondo de la sala de ensayo y encendió la televisión, indicándole al extrañado Hyunseung que se sentase a su lado.

-Ven, tenemos trabajo que hacer. –Dice Doojoon con una sonrisa de autosuficiencia que se ganó otra mirada extrañada del otro. –Hoy toca ver a la competencia, y para ello vamos a ver la gala de premios que se celebra hoy en Los Angeles. Podrás ver el carisma sobre el escenario de los mejores artistas del mundo y podrás coger ideas para tu propio debut, que te recuerdo que será pronto y si sigues machacándote así vas a parecer gelatina cuando llegue el día. 

Fue entonces cuando Hyunseung entendió lo que pasaba. Doojoon se había enterado de su nuevo horario intensivo de ensayos y había venido a detenerle de una forma un tanto…peculiar. Pero sabía que, aunque protestase, el mánager iba a hacer lo que quisiera y él no podría oponerse, así que prefirió seguir sus órdenes desde el principio, estaba seguro de que se cansaría pronto y podría volver al ensayo. Una vez sentado intentó prestarle la mayor atención a la televisión, ya que iba a tener que verla al menos intentaría sacar algo de provecho, como había dicho Doojoon, fijándose hasta en el más mínimo detalle de la coreografía y la actuación de cada uno de los grupos que iban a actuar. 

-Estamos en la alfombra roja, esperando a uno de los principales empresarios coreanos con sede en Estados Unidos. Sí, espectadores, lo han adivinado, se trata de Yong Jae Joon, el presidente de Omega Media. –La periodista que cubría el evento para el canal coreano estaba claramente dándole el máximo protagonismo posible a la figura nacional, un hombre de unos 40 años, muy bien arreglado con un traje que seguro que costaba unos cuantos cientos de dólares, el pelo perfectamente peinado y una sonrisa de autosuficiencia que a Hyunseung le hizo que su corazón saltase por un momento, sin saber por qué.

Pero lo que ocurrió justo después a su lado hizo que Hyunseung perdiera por un segundo el hilo del programa. A su lado, su mánager cerró los puños de repente tan fuerte que se le pusieron los nudillos blancos y, sin decir nada, salió de la sala de ensayo rápidamente, dando un portazo que resonó en toda la sala como si de un trueno se tratara.

Fuera de la sala, Doojoon se apoyó sobre la pared junto a la puerta, mordiéndose el puño para no gritar. En su mirada sólo se podía ver una mezcla de odio y rencor. Yong Jae Joon… hacía años que no escuchaba ese nombre y aún más desde la última vez que vio cara. Hacía 11 años que no se veían, ninguno de los dos había intentado contactar con el otro o saber cómo les iba la vida, pero Doojoon sabía que, en lo más profundo de su alma, deseaba que le fuera mal. Solía ser una persona alegre y positiva, pero sólo había una persona a la que le deseaba todo mal posible, y esa persona era él, Yong Jae Soon, presidente de Omega Media y, aunque lo odiase, su padre.

-Oye, ¿te encuentras bien? –Doojoon estaba tan perdido en sus pensamientos que ni se dio cuenta de que alguien se había acercado y le estaba mirando a los ojos.

Al principio creyó que estaba soñando, el shock de ver a su padre en la televisión le había afectado lo suficiente como para que se desmayase. Pero cuando intentaba incorporarse para ver bien el ángel que tenía frente así trastabilló y se golpeó con el picaporte de la puerta, lo que le produjo un dolor tan agudo que le convenció de que no soñaba. La chica frente a él parecía sacada de cualquier cuadro de un ángel, pelo rubio largo y ondulado, cara pequeña y profundos ojos castaños. Su voz, dulce, era como un canto para los oídos y Doojoon no quería más que seguir escuchando esa voz a su lado por el resto de su vida. De repente se olvidó de su padre, se olvidó de su odio y solo la admiración poblaba sus sentidos. Aunque quería decirle algo, pedirle que estuviera a su lado para siempre o al menos saber su nombre, la voz no le quería salir y solo podía boquear como pez fuera del agua mientras ella le miraba preocupada. Pero entonces, para desgracia de Doojoon, la chica salió corriendo, como si el extraño comportamiento del mánager la hubiese asustado. 

-Muy bien, campeón. Eres un mánager capaz de hablar con cualquier pez gordo como si de tu madre se tratase pero te quedas callado frente a la mujer de tu vida. La he hecho buena…

Mientras se lamentaba cabizbajo, Doojoon vio como un vaso con café era puesto frente a él.

-Tómate esto, te sentará bien. –La chica había vuelto, esta vez le miraba con una sonrisa y le tendía el vaso de café amablemente –Me llamo Jang Gina y estoy buscando a mi hermano pequeño, Jang Hyunseung.

Mientras Doojoon estaba teniendo el encuentro de su vida con la hermana de Hyunseung, éste se había quedado en la sala de ensayo, extrañado por la actitud de su mánager.

-Primero me pide que me siente con él a ver el programa y a los 10 segundos se enfada y se va sin razón… No hay quien le entienda, será mejor que vuelva a…

-Yong Junhyung…

El nombre llegó de los altavoces de la pequeña televisión a los oídos de Hyunseung y resonó en las paredes de su cabeza creando un eco infinito “Yong Junhyung...Yong Junhyung…Yong Junhyung…” Hyunseung, por primera vez, le prestó atención a la televisión, aunque el sonido no le llegaba porque su cerebro aún seguía procesando el nombre que acaba de oír.