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domingo, 17 de abril de 2011

Forget about the Stars Capítulo 4



Título: Forget about the Stars
Autor/a: Go Eun Chan [고 은찬]
Grupo: Beast
Género: Romance, Angst, Yaoi
Couple: Junseung, Kiwoon
Rating: +13
Pronto, Hyunseung, Kikwang y Hyunah se hicieron los mejores amigos. Hyunseung se convirtió en el centro de los comentarios de todos sus compañeros de clase, tanto chicos como chicas, durante buena parte del primer semestre. Además, entró a formar parte del club de baile junto a sus nuevos amigos y eso, unido a sus intentos por hacerse un hueco en la industria de la música, le dieron cierta fama en el instituto. Su mayor deseo era poder independizarse para poder centrarse en su música, así que consiguió un trabajo en un bar por las tardes, donde le dejaban cantar sus canciones una vez por semana. Desde que empezó el instituto se tomó más en serio la música, grababa maquetas y las enviaba a las discográficas, pero siempre eran rechazadas y empezaba a perder la esperanza. A pesar de los ánimos de sus amigos había momentos en los que no sabía si lo que está haciendo le llevaría a algún sitio. Y era sobre todo cuando cierta promesa volvía a su mente cuando la idea de abandonarlo todo se hacía más fuerte. Hay momentos en los que no sabía si lo estaba haciendo por él o si su subconsciente le estaba jugando una mala pasada y en realidad lo único que hacía era seguir la promesa que cierto chico le había. ¿Era realmente su deseo seguir esta carrera o era el deseo de volver a ver a quien había sido su mejor amigo?

Todos estos pensamientos le rondaban la cabeza a Hyunseung noche sí y noche también, mientras servía copas e intentaba no embriagarse simplemente con el ambiente alcoholizado. Pero una de esas noches el sentimiento de desesperanza y frustración era más fuerte de lo que creía y no pudo evitar servirse una copa aprovechando que el jefe está fuera. Esa noche Kikwang no había ido a visitarlo y sólo quedaba Hyunah en el bar, el resto de clientes ya se había ido y los de la noche aún no habían llegado, por lo que el ambiente estaba bastante tranquilo. A pesar de los enrevesados pensamientos que tenía, el alcohol parecía hacer que su cabeza volase libre, las enredadas ideas a las que le llevaba dando vueltas semanas empezaban a desenredarse como si fuera lo más fácil del mundo, como si la respuesta hubiese estado siempre ahí… Con cada nueva copa, una nueva idea brillaba clara como el agua. Y entonces llegó a una conclusión, la única forma de olvidarse de esa persona era volver a sentir el calor, volver a sentir las palpitaciones… Y antes de darse cuenta estaba besando a su amiga, que al principio entra en shock, pero pronto corresponde al beso con agresividad, con deseo, como si fuera algo que estaba deseando. Hyunseung no controlaba su cuerpo y éste actuaba por cuenta propia, acariciando el cuerpo de la chica, explorándolo, mientras ella hacía lo propio con el de él. Como si fuera algo desconocido para ambos, como si fueran niños reconociendo el cuerpo humano por primera vez. Y entonces todo se nubla, ambos pierden el control por completo y cuando Hyunseung despierta no sabía dónde estaba, pero sentía a su lado el calor de otro cuerpo y la cabeza le palpitana como si se la estuviesen taladrando.

Después de unos segundos se dio cuenta de que estaba en el almacén del bar, rodeado de cajas de licor. Se intentó dar la vuelta y vio a una dormida Hyunah a su lado, con el maquillaje corrido y respirando tranquilamente. Y los recuerdos de lo que había ocurrido empezaron a acudir entrecortados, una botella de licor, recuerdos que había intentado suprimir durante mucho tiempo corriendo por sus venas y su mente libres, la comprensión de un hecho que ahora volvía a no estar claro. ¿Era realmente esto lo que quería? ¿Olvidar el pasado y empezar de nuevo con otra persona? ¿Con una chica?

-Después de todo, dicen que sólo los borrachos y nos niños dicen la verdad, ¿no? –Murmuró para sí mismo mientras intentaba separarse de su no se sabe si aún amiga y empezó a vestirse.

Sin darse cuenta, los brazos de los que antes se había separado volvían a abrazarle la aún desnuda cintura y sintió como le posaban un suave beso en el hombro.

- Buenos ¿días? Con esta oscuridad no sé ni qué hora es –Dijo juguetona Hyunah, mientras le acaricia el torso a su ¿amigo?

Hyunseung no pudo más que fruncir el ceño pensativamente. ¿Era esto lo que quería? ¿Esto le ayudaría a sacarse de la mente a esa persona y a seguir adelante? Si era así, por primera vez, iba a intentar no comerse la cabeza y simplemente iba a seguir adelante con el plan fijado. A partir de ese día, la pareja formada por Hyunseung y Hyunah se convirtió en la comidilla de todo el instituto. Aunque al principio Kikwang reaccionó de forma extraña ante la noticia de la recién formada pareja, en poco tiempo volvió a ser el de siempre y apoyaba al 100% a sus amigos.

Así pasaron los meses, Hyunseung seguía planteándose si estaba eligiendo el camino correcto. A pesar de que su novia le animaba a seguir cantando y bailando no conseguía olvidar del todo las ideas que le habían estado rondando la cabeza. Aun así, cada noche volvía a ir al bar a trabajar y esa noche no era diferente.
-Sírveme algo fuerte, chico. Hoy no tengo una buena noche. –El primer cliente de una noche larga y aburrida. Esa noche Kikwang y Hyunah estaban ocupados discutiendo el vestuario para la función del instituto así que Hyunseung esperaba que la tarde pasase rápidamente.

El cliente era un tipo bastante extraño. A pesar de sus pintas de punk llevaba unas gafas que le daban un aire intelectual y portaba un maletín de ejecutivo que añadía más extrañeza al conjunto.

Hyunseung le sirvió un whiskey sin mucha ceremonia. Aunque él no estaba tampoco de muy buen humor, le acababan de rechazar otra maqueta, intentó darle conversación al cliente.

- ¿Por qué todas las estrellas son tan engreídas y mimadas? –Continuó el cliente mirando intensamente al camarero.

- Supongo que porque están acostumbradas a que les den todo lo que quieren… -En el tono de voz de Hyunseung se notaba perfectamente la frustración.

Los dos siguieron hablando durante varias horas. La conversación se vio interrumpida por la vibración de un teléfono móvil. El cliente murmuró algo sobre un hotel y sobre un niñato, que Hyunseung asumió que se trata de la estrella de la que hablaban. Sin más, el cliente pagó y se marchó, simplemente otro de los muchos clientes que habían ido y venido a lo largo de los últimos meses. Lo que no se esperaba es que a la noche siguiente el mismo cliente volviese y esta vez le contó más sobre sí mismo.

Le contó que era mánager musical y que estaba en Seúl para un concierto de un artista al que no soportaba. Y le contó algo aún más interesante, estaba buscando un nuevo talento al que moldear desde 0. Y Hyunseung vio la oportunidad de su vida. Así que, sin pensárselo dos veces, desapareció de la barra dejando al cliente descolocado y se subió al escenario, guitarra en mano, para mostrar una de las muchas canciones que había compuesto en estos últimos meses.

You don't remember me but I remember you

I lie awake and try so hard not to think of you

But who can decide what they dream?

And dream i do...

Con cada nueva estrofa la cara de Doojoon, que era como se llama el mánager, iba cambiando entre varias expresiones, de sorpresa a pensativo y después una sonrisa que presagiaba buenas noticias para el joven cantautor. Doojoon veía el talento que otras discográficas no habían visto en Hyunseung, la pasión y el talento que hervía dentro del muchacho. Todo de lo que carecían las estrellas a las que estaba a cargo latía dentro Hyunseung y no estaba dispuesto a dejarlo escapar. Estaba más que cansado de que su hermano pequeño le asignase las estrellas, sabía que podía ser muy capaz cuando se trataba de su empresa, pero debería tener algo de consideración con la familia. 

Sin más dilación, se acercó al joven que le miraba con una mezcla de sorpresa y miedo, como si no supiese qué esperar de lo que iba a decirle el mánager. Pero, para su sorpresa, el mánager estaba encantado con su actuación y le ofrecía, directamente, pertenecer a la compañía de su familia, una tal Cube Entertainment de la que no había oído hablar nunca.

Enseguida empezaron las preparaciones para su debut, empezando por un cambio de nombre a algo más comercial, de Jang Hyunseung a SO-1. La primera vez que entró en las instalaciones de Cube se quedó maravillado. Las salas de ensayo, el estudio de grabación, incluso las salas de descanso eran amplias y claras, no como el estudio donde ensayaban en el instituto. Doojoon se encargó de presentarle a parte del staff de la discográfica, al presidente, estilistas, coreógrafos, profesores… Todos estaban encantados de conocerle y Hyunseung estaba asombrado, por primera vez se sentía aceptado por extraños que le sonreían y él estaba encantado con el calor que podía sentir. Pero había algo que le faltaba, aún había algo que no conseguía llenarle el hueco que tenía en el pecho. Ese hueco que esperaba llenar cuando llegase la oportunidad su vida sigue escociéndole aún ahora, cuando la tenía delante, cuando podía tocarla con las manos por fin. 

Cuando abrió la puerta de casa, aun pensando en el hueco en su interior, se vio envuelto por cuatro brazos que le gritaban “felicidades” al oído a un volumen que podría despertar a un muerto. Cuando abrió los ojos se encontró a una sonriente Hyunah y a un alegre Kikwang, que parecía que le habían preparado una fiesta. Así que sin más, decidió olvidarse del escozor que sentía y disfrutó de la fiesta que sus amigos le habían preparado para celebrar su contrato. No muy tarde Kikwang decidió retirarse y dejar a los dos “tortolitos” para que pudieran seguir la fiesta, pero Hyunseung le pidió a Hyunah que se fuera también con la excusa de que al día siguiente tenía que madrugar. En realidad era porque no estaba lo suficientemente borracho como para que su cabeza parase de pensar, y el agujero del pecho no hacía más que recordarle a esa persona, esa persona de la que no quería recordar el nombre, esa persona que tanto daño le seguía haciendo y que a veces pensaba que nunca podría olvidar. Así que sin más se rindió en la cama de su apartamento, en el que llevaba viviendo desde que se graduó en el instituto, listo a divagar en los mares de la inconsciencia, rezando internamente por no soñar nada. Pero su cerebro no descansaba aun así y no podía evitar revivirlo todo, una vez más. Hacía tiempo que no lo recordaba tan claramente, los días en el edificio abandonado, las canciones, las charlas, el calor… Si había algo que echaba de menos por encima de todo era el calor. Desde que estaba saliendo con Hyunah los sueños habían casi desaparecido, solo eran pinceladas durante las largas noches que le escocían pero no terminaban de doler. Creía que su relación con Hyunah le estaba ayudando a superar el pasado. No es que la amase, estaba seguro de que ni siquiera estaba enamorado de ella, ya se había enamorado una vez y sabía cómo era, pero estar con ella era fácil, las conversaciones eran fáciles, el contacto era fácil, las despedidas eran fáciles. Quizás era más fácil mantener una relación sin amor que una en la que acabases sufriendo. Y mientras seguía divagando el móvil empezó a sonar, la conocida melodía que le tenía asignada a su hiper musculado amigo. Al principio pensó en no coger el teléfono, pero a la décima llamada pensó que quizás sería algo importante y decidió descolgar.

-¡Seungieeeeeee! –Sonó la voz de Kikwang al otro lado de la línea.

Hyunseung apartó el teléfono instintivamente lo más lejos posible, aunque seguía escuchando la voz hiperactiva de su amigo.

-¡Seungie! ¡He conseguido trabajo! ¡Tengo trabajo de coreógrafo! ¡Yah, Jang Hyunseung! ¿Estás ahí?

–Preguntó algo más calmado.

Hyunseung consiguió incorporarse en la cama y se volvió a acercar el aparato, ahora que parecía que el otro chico se había calmado.

-Sí, sigo aquí, Kwangie. ¿Te han llamado por la prueba que hiciste? –Poco a poco, Hyunseung era capaz de pensar de nuevo y recordó la prueba que su amigo había hecho para una discográfica que buscaba coreógrafos, aunque no recordaba el nombre.

-No recuerdas el nombre de la discográfica, ¿verdad, babo? –En la voz de Kikwang se notaba cierta diversión que el otro no pudo descifrar, aún menos a esas horas, aunque realmente no sabía qué hora era.

-Lo siento, Kwangie… Me has despertado, no puedes pretender que mi cerebro reaccione a estas horas.

–Hyunseung intentó buscar, sin éxito, el despertador que solía tener encima de la mesita de noche. Posiblemente estaría en algún rincón después de haberle despertado cruelmente la mañana anterior.

-Bueno, aprovecha el único día libre que tienes para descansar, posiblemente mañana empieces a preparar tu debut duramente y no sé si podremos vernos. Dile hola a Hyunah si sigue por ahí, ¡ya te contaré qué tal mi primer día de trabajo! –Y sin más colgó, dejando a Hyunseung con el aparato en la oreja durante un rato.

Cuando consiguió ver la hora se dio cuenta de lo tarde que era, 10:30. Debería seguir durmiendo, Kikwang tenía razón y posiblemente ese era el último día que tendría libre en mucho tiempo, pero ya estaba bastante despierto y no le apetecía seguir en la cama. Doojoon le había dicho que aprovechase ese día para ir a ver a su familia, a sus amigos o, en general, para que hiciese todo lo que no iba a poder hacer en mucho tiempo, entre otras cosas porque esperaban que se hiciera lo suficientemente famoso como para no poder caminar tranquilamente por la calle. Así que dedicó el día a pasear, a pasear a solas, con la sola compañía de un reproductor Mp3 con algunas de las canciones que le habían acompañado estos últimos años. Empezando por aquellas primeras melodías que componía en el instituto hasta las últimas, más rockeras, más profundas, pero entonces una melodía empezó a sonar y Hyunseung no pudo más que detenerse.

Oh listen to my heart,

no words can describe you, but

Just in my style I’ll tell you my heart,

¿Por qué estaba esa canción ahí? Él no recordaba haberla incluido en el pequeño aparato. Cuando miró a su alrededor se asombró al ver que estaba en su antiguo instituto, aquel dónde tantos malos ratos había pasado, pero también dónde había pasado los mejores ratos de su adolescencia. Sin darse cuenta empezó a caminar hacia aquel lugar que había ocupado sus sueños la noche anterior. Y sin darse cuenta alargó la mano hacia la cartera, de la que sacó una foto de dos chicos, uno sonreía ampliamente a la cámara, el otro agachaba la cabeza, y entonces se le nubló la vista, las lágrimas amenazaban con caer en cualquier momento. Y se dio cuenta de por qué había llegado hasta allí, de por qué había tenido que volver al lugar donde todo empezó. Tenía que terminarlo por fin, tenía que decirle adiós a los recuerdos y realmente empezar a trabajar por sí mismo, tenía que trabajar duro, no para hacer que él estuviese orgulloso sino para sentirse orgulloso de sí mismo.

-Adiós, Junhyung –El nombre le quemaba la lengua, hacía años que no lo pronunciaba, su mente lo había intentado encerrar en la parte más remota de su memoria, encerrado y encadenado, pero había llegado el momento de dejar que se fuera con el viento, que saliera de su organismo con las últimas lágrimas que derramaría por su mejor amigo y su primer amor.



2 comentarios:

  1. awwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww....ya quiero leer mas!!!

    thanks!

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  2. Me encanta este Fic enserio es muy bueno ^^ espero q pornto tengamo actualizacion!! pleasee q me matas de la angustia quiero saber que pasa con Joker!!

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